Eulalia responde

El otro día hablábamos de la utilización torticera que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hacía de las palabras de Eulalia Ramón tras su homenaje al sistema sanitario en la gala de los Goya. La viuda del cineasta Carlos Saura ha dicho que no sabía que el hospital en el que se atendió a éste era de gestión privada, y ha aprovechado para hacer un par de comentarios: “La gestión privada debe ser la mierda de comida que dan a los enfermos, una bandeja con un lenguado asqueroso. O que los enfermos y acompañantes tengan las mantas contadas”. Además, dice que le importa “un pepino” el tweet de Ayuso y que no va a contestar “a esa señora”, pero lo cierto es que no ha podido hablar más claro.

Se pilla antes al mentiroso...

La última comidilla de Twitter es el diputado del PP en la Asamblea de Madrid, Ignacio Catalá. Todo por un tweet en el que escribía que había llegado a las 10:00 al centro de salud para esperar 20 minutos a que le atendieran en el mostrador y que en la “destruida y colapsada” Atención Primaria de Madrid, le habían dado cita para el día siguiente. Acompañaba este mensaje de una fotografía del papel con la cita. A pesar de estar pixelada, los tuiteros, que están a todo, aseguran que no es una cita para la Atención Primaria, sino para la unidad de apoyo. Concretamente, del servicio de matrona, a juzgar por las dos primeras letras, que sí se ven. Como se suele decir, la mentira tiene las patas muy cortas.

Rescates milagro

Se cumplen dos semanas del devastador terremoto que asoló el sur de Turquía y el Norte de Siria y se siguen produciendo escenas que estremecen y, a la vez, me reconcilian con lo mejor del ser humano. Rescates milagro como el que leemos en Voz Pópuli: “Hallado con vida un niño de 12 años tras 260 horas atrapado bajo los escombros de un edificio en Turquía”. Otra joven de 17 años también era encontrada el jueves con vida. Dos mujeres y un niño vencieron el hambre y el frío durante más de 240 horas y fueron sacados de las ruinas. En condiciones delicadas, pero con vida. Ésta, tozuda, se sigue abriendo paso entre los escombros.

Un espejismo...o una estafa

Venía pronosticando que no aplaudiéramos con las orejas ante la bajada del diésel y la gasolina, porque su precio seguía siendo superior al de años anteriores. Y en el Huffington Post aportan datos: “La bajada del diésel, un espejismo: es un 26% más caro que antes de la pandemia”. Leemos que el descenso del precio de este combustible es completamente insuficiente para igualarse a los años anteriores, cuando se llegó a pagar el litro a 0,90 euros. Estoy de acuerdo en que aquello quizá tampoco es sostenible ahora, y la debilidad del euro frente al dólar y la guerra de Ucrania no ayudan, pero que no nos tomen por idiotas.

Te entiendo, Ismael

Siempre he defendido que en las redes sociales nos podemos encontrar con lo mejor, pero también con lo peor. Y parece que no soy la única. No lo ha podido resumir mejor el cantautor Ismael Serrano, que se desahogaba así: “Hay días en que tuiter se convierte en un estercolero en el que es difícil permanecer. Y me pregunto si sirve de algo escribir aquí, explicar, comentar… En un tiempo era una fuente de información confiable. Hoy es puro ruido.” Quiero creer que esa información confiable sigue estando -aunque cada vez cuesta más encontrarla-, como también quiero creer que sirve de algo todo lo que vertemos en Twitter.