a falta de talento y de profesionales en casi todos los sectores de nuestra economía se ha convertido en un problema estructural de primera magnitud que va a tener consecuencias graves en el desarrollo y crecimiento de nuestras empresas, si no se adoptan cuanto antes medidas para paliar la falta de renovación del mercado laboral como consecuencia de la baja tasa de natalidad, que en Euskadi se eleva a un 1,28 hijos por mujer, en un momento crítico como el actual en el que se transita hacia una economía digital y verde.

Cada cierto tiempo nos llegan informes y estudios de diferentes organizaciones y entidades que ponen negro sobre blanco una realidad que cada vez es más acuciante y que está ya obligando a adoptar medidas urgentes para paliar un déficit estructural que puede lastrar a la industria vasca en el futuro y paralizar la actividad de sectores tan importantes como la hostelería, la construcción, el transporte, servicios, etc.

Si hace un mes, la patronal Adegi señalaba que el 77% de las compañías guipuzcoanas tienen dificultades para encontrar personal técnico cualificado, sobre todo de perfil industrial y que en los próximos 20 años, 80.000 puestos de trabajo no se podrán cubrir por falta de personal, la consultora de recursos humanos, Adecco ha realizado una encuesta entre las empresas vascas en la que destaca que una de cada cuatro compañías de la industria y del transporte tienen muchas dificultades para encontrar los profesionales que necesitan, seguidos de sectores como las TICS y las consultoras.

Hay una coincidencia clara en la que destaca la dificultad de poder contratar profesionales de perfiles técnicos muy cualificados que corresponden con estudios universitarios y postgrado de las ramas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, así como otros como menor formación académica, pero también con una base técnica importante, como peones de la construcción, soldadores, electricistas, conductores de camiones, etc. En este último caso con una gran afección en las redes de suministro que pueden afectar a la práctica totalidad de los sectores económicos.

Y ante esta apremiante realidad no cabe otra salida que la de importar talento y atraer personal cualificado extranjero para cubrir los puestos de trabajo que las empresas vascas están ofertando y no pueden cubrir. Es lo que llevan haciendo desde hace mucho tiempo muchos países de la UE, como Alemania, que han abierto sus fronteras, hasta el punto de que la población inmigrante que, en 1990, representaba el 7,44% del total de los ciudadanos alemanes, 29 años después significaba el 16% del total, en tanto que la tasa de natalidad no ha variado prácticamente, ya que en 1990 era del 1,45% y, en la actualidad, se sitúa en el 1,5%.

En Gipuzkoa, el número de trabajadores extranjeros alcanzó el pasado mes de abril, el récord histórico de los 27.021, siendo el sector de la hostelería, el que mayor proporción registra, ya que da empleo al 18,2% del total de cotizantes extranjeros a la Seguridad Social.

Aquí, como siempre vamos tarde y mal, ya que al ser el asunto de Extranjería una competencia del Estado, el Gobierno Vasco no ha podido actuar en ninguna dirección. Las presiones de las organizaciones empresariales han hecho que el Gobierno del PSOE se haya dado cuenta del grave problema que tienen las empresas para continuar con su actividad por falta de personal cualificado y haya anunciado una reforma de la normativa para facilitar los trámites que se exigen a los extranjeros para poder trabajar en el Estado.

Se trata de modificar y actualizar un Reglamento de Extranjería obsoleto y retrógrado que establece un anticuado y tedioso procedimiento burocrático que hace que para que un extranjero consiga un contrato de trabajo y un permiso de residencia en el Estado se tarde de media nueve meses, mientras que en Alemania para realizar los mismos trámites se invierten solo tres semanas. Se están dando situaciones tan anómalas de estudiantes extranjeros a los que se les impide trabajar al terminar sus estudios aquí y tienen que regresar a su país durante un tiempo para luego poder volver, si lo desean. En el Estado, hay un total de 50.000 estudiantes que, después de formarlos e invertir en su formación aquí, no pueden trabajar. Cambiar esta situación podría resolver de una manera muy importante, entre otras cosas, la carencia de médicos de atención primaria que existe en el sistema público de salud.

La iniciativa desarrollada por el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, cuyo titular es José Luis Escrivá, se justifica con la necesidad de dotar de un instrumento para corregir "los crecientes desajustes del mercado laboral español asociados a la escasez de mano de obra", a través de mecanismos que establecen una migración regular, ordenada y segura. La ausencia de una normativa actualizada está generando el desarrollo de una economía sumergida con los elevados costes económicos, sociales y de gestión que conlleva.

En este sentido, el mercado laboral español presenta un cuello de botella importante, ya que el 9% de las vacantes laborales se quedan sin cubrir y 8 de cada 10 empresas reconocen tener dificultades a la hora de encontrar personas con perfiles técnicos cualificados. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de puestos laborales vacantes en el Estado en el año 2021 alcanzó la cifra de 109.085, la mayor proporción en el sector servicios con el 88%. Y todo ello con unos niveles de desempleo en el conjunto estatal que se acerca al 14%, uno de los más altos de Europa.

La falta de reacción del Gobierno español a la hora de facilitar la permeabilidad de la política migratoria a las necesidades de contratación de las empresas puede afectar de manera importante a los 800.000 puestos de trabajo de perfiles especializados de cualificación alta y media que se estima puede generar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno español que canalizará los 140.000 millones de euros de los fondos europeos Next Generation con el objetivo promover la digitalización de las empresas, reforzar las competencias digitales de la población y apoyar la I+D en el ámbito digital y en la implantación de las tecnologías digitales.

Nos encontramos en un tránsito de una nueva estructura de empleo basada en el conocimiento, con unos perfiles profesionales de alta cualificación, mientras que en la parte baja aumentará la demanda en determinados puestos laborales de cualificación baja o media vinculados, fundamentalmente, en el sector servicios, al tiempo que se reducirán o llegarán a desaparecer aquellos trabajos vinculados al mundo administrativo o de operadores de planta y maquinaría. A todo ello, hay que añadir la falta de interés de los jóvenes en determinados trabajos que pueden suponer movilidad geográfica, afección del tiempo asociado al ocio o actividad mecánica o repetitiva.

La ineficiencia que demuestra el modelo migratorio español a la hora de dar respuesta a las demandas laborales de las empresas es que parte de un esquema totalmente inexistente a día de hoy, diseñado en un momento en que el Estado pasaba de ser emisor a receptor de flujos migratorios, sin que en ese tránsito nadie se hubiera percatado de poner las luces largas ante los cambios que se estaban dando en el mercado laboral y la necesidad de contar con mano de obra extranjera con las consecuencias que ello pudiera tener en el desarrollo económico. Más vale tarde... l

La ineficiencia que demuestra el modelo migratorio español a la hora de dar respuesta a las demandas laborales de las empresas es que parte de un esquema inexistente hoy día