hina de nuevo. El gigante asiático ha iniciado la construcción de una enorme presa de 180 metros de altura en la meseta tibetana, como parte de una central hidroeléctrica que proveerá al país de 5.000 millones de kw/h de energía al año. La macropresa estará terminada para 2024 y lo llamativo es que se levantará sin trabajadores, que han sido suprimidos por una cuadrilla de máquinas automatizadas que currarán sincronizadas y supervisadas por Inteligencia Artificial: camiones autónomos y excavadoras y pavimentadoras no tripuladas. Se evitarán así los errores humanos y las ataduras terrenales: como la hora del almuerzo, las txixerrekas mañaneras y su consecuente pérdida de productividad. Todo un avance, aunque algunos pensemos que estamos dando un paso más en la autoanulación sistemática del ser humano. Mal rollo, si un algoritmo es capaz de decidir que en el festival de Eurovisión se han producido "patrones anómalos" en las votaciones de seis países y emite sus propios votos haciendo una estimación de lo que habrían decidido sus gentes. Las máquinas, tomando decisiones por humanos. En un futuro, me temo, tampoco habrá Chaneles que canten y bailen. Solo avatares a los que también pondremos a parir en las redes sociales. l