ipejo sin entrañas: Leo sobre su última gran hazaña. No ha sido un hat-trick, una cabalgada por la banda rompiendo la cintura a los rivales que le salían al paso, ni una chilena espectacular que alojaba el balón en la escuadra. Qué va. Esta vez ha sido la demostración de su buen perder reventando el móvil de un chaval autista de catorce años hincha del Everton, el equipo que acababa de derrotar por la mínima a su United. Las imágenes no dejan lugar a dudas sobre su matonismo de mequetrefe endiosado que se cree (o que se sabe) con derecho a humillar y maltratar a los que considera débiles. También es verdad que comparte vergüenza y responsabilidad con quienes le consienten, le justifican, e incluso le aplauden estos comportamientos.