slava ucraini. Heroyam slava. Me emociona el ofrecimiento de amigos y lectores para colaborar económicamente en el viaje a Euskadi de Polina y Vicka. Eskerrik asko, pero no es el problema. La dificultad radica en la ausencia de corredores seguros desde la zona de exclusión de Chernóbil, al norte del país, cerca de Bielorrusia, hasta la frontera polaca, a enorme distancia.

Mientras tomo mi cafecito matinal terracero, un lector, médico titular jubilado y padre de una médico precaria de Atención Primaria, me advierte de que existen directores de centros de salud que no son médicos, para enojo de estos que, sin embargo, no quisieron optar a esa responsabilidad. Agradecido y escrito queda. La amigable interpelación sirvió para una breve tertulia sobre aquellos heroicos sanitarios titulares de los pueblos, médicos, boticarios y veterinarios que estaban de servicio las 24 horas del día. Por la noche me entero de que el Colegio de Médicos de Asturias ha recurrido a la Sala de lo Contencioso el nombramiento de dos enfermeros como directores generales en la Consejería de Sanidad. Al parecer, una afrenta a la clase médica asturiana. Recuerdo la frase de Honoré de Balzac: "Una de las cosas más intolerables de los espíritus liliputienses estriba en atribuir a los demás sus mismas pequeñeces".

Desde que el coronavirus comenzó a propagarse por todo el mundo, a los científicos les preocupaba que pudiera saltar de las personas a los animales salvajes, porque podría acechar en varias especies, mutar y resurgir en humanos, incluso después de que la pandemia hubiera disminuido.

Pues bien, esto ya ha sucedido, según publica la revista Nature del pasado 2 de marzo, en un artículo que firma Sophie Gryseels, de la Universidad de Amberes. Un visón salvaje (Neovison vison), aparentemente sano, dio positivo por SARS-CoV-2 en Utah, el estado de los mormones, con lo que se cierra el círculo en la historia del virus SARS-CoV-2 que, procedente de los murciélagos de herradura (Rhinolophus ferrumequinum), se modificó, quizás, pasando por algún otro animal, para afectar finalmente a los humanos y de estos, volver a pasar a los animales salvajes, en este caso comprobado, al visón salvaje.

La anécdota deja de serlo y se convierte en un riesgo porque, dentro de unos años, cuando se haya suprimido la propagación comunitaria entre personas, un reservorio de SARS-CoV-2 en animales que deambulan libremente podría convertirse en una fuente recalcitrante de nuevos brotes en humanos.

Ya estaba demostrado que el SARS-CoV-2 puede infectar a muchos animales domésticos y a otros que permanecen en cautividad. Incluso sabemos que los visones de granja pueden transmitir el virus a los humanos, pero un brote viral en estos ambientes es fácilmente controlable, como lo son otros que casi a diario padecemos, mediante la cuarentena, la vacunación y el sacrificio. Recordemos los millones de visones sacrificados en Dinamarca, Holanda y Teruel, que existe, al comienzo de la pandemia. Sin embargo, si el virus se propaga en animales salvajes, no hay esperanza de erradicación. Al contrario, debemos pensar que, a medida que circule entre distintas especies, podrá evolucionar, generando nuevas variantes que amenacen la eficacia de las vacunas y, tal vez, se convierta en más infeccioso para las personas y, como afirma el Dr. Arinjay Banerjee, veterinario investigador de coronavirus en la Universidad Saskatchewan en Canadá: "No es para hacer sonar ninguna alarma, pero todo lo que no queremos ver con este virus termina por suceder".

Un estudio en fase de revisión por pares, un paper, dirigido por un donostiarra, el médico preventivista -un epidemiólogo de verdad-, Adrián Hugo Aguinagalde Llorente, director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria, acaba de ser elogiado por la OMS como pionero en el análisis de la variante ómicron.

Aguinagalde y sus cinco rastreadores confirman que la mayoría de los infectados por ómicron que contagiaron a otras personas lo hicieron un día antes de presentar síntomas y hasta tres después. Previamente, la Comisión de Salud Pública y la ponencia de alertas también tuvieron en cuenta la investigación cántabra para reducir las cuarentenas de diez a siete días. El trabajo se ha basado en el seguimiento de 600 personas contagiadas con la variante ómicron y sus contactos estrechos, evidenciando la utilidad del rastreo bien hecho y la explotación de los datos que aporta, concluyendo que, además de reflejar una mayor transmisibilidad que anteriores variantes, casi la mitad de las personas que se contagiaron lo hicieron de un enfermo asintomático.

A partir de mañana lunes, desaparecen la cuarentena, salvo para personas mayores de 60 años, siempre que se mantengan bajos los niveles de ocupación hospitalaria y de UCI y la realización de cribados previos a determinadas actuaciones asistenciales. Y todo esto cuando comenzamos a divisar la séptima ola con la subvariante BA.2 de ómicron.

El pasado sábado 12 de marzo, según la agencia estatal de noticias saudí SPA, fueron ejecutados 81 individuos condenados por terrorismo y otros crímenes, incluidos asesinatos de hombres, mujeres y niños. Arabia Saudí es país amigo de Washington, o sea, de los buenos, pero me extraña que ningún tertuliano u opinador, siquiera del ala progresista u organización humanitaria, hayan comentado esta nueva barbaridad de nuestros aliados, clientes y proveedores de la Real Casa.

Antes, Pavel Alexevich Rubtsov. Llevamos tres semanas sin tener noticias del periodista vasco, de origen ruso, acusado por las autoridades polacas de trabajar para el servicio secreto de Putin, incomunicado en una prisión. Es llamativo también el silencio, cuando no olvido, de autoridades y medios de comunicación.

Hoy domingo, arroz con gambones, lengua en salsa y macedonia de frutas. Agua del Añarbe. Hoy tampoco tengo cuerpo para pelis malas.

El médico donostiarra Adrián Hugo Aguinagalde Llorente acaba de ser elogiado por la OMS