Slava UkraYIni! Heroyam slava! (¡Gloria a Ucrania!, ¡Gloria a sus héroes!). Y entre esos héroes están Polina y Vicka, nuestras nietas postizas, dos cosacas que, junto con su madre y otro grupo de mujeres y niños, están en la zona de exclusión de Chernóbil. Un mensaje en euskera de menos de un minuto, cada dos días, para decirnos que están bien y que tienen comida no sirve para aliviar nuestra angustia. Mientras tanto, tenemos organizado el viaje de rescate si fuera posible.

Una única salud

La filosofía de Una única salud-One health supone una voluntad clara de trabajo en un equipo multidisciplinar y flexible en la gestión de los recursos sanitarios para responder a los permanentes desafíos sanitarios que hemos padecido en los últimos años (sida, ébola, gripes, coronavirus, zika y chikungunya), hasta llegar a la actual pandemia del covid-19, que han puesto de manifiesto la importancia de la interacción entre los humanos, los animales y el medio ambiente. No es el único campo de actividad para Una única salud. La resistencia a los antimicrobianos, especialmente preocupante en algunos antibióticos de importancia crítica, por su uso inadecuado en personas y animales, o los xenotrasplantes, son ejemplos que exigen una actuación coordinada.

Los veterinarios, algo sabemos al respecto y es de sentido común pensar que deberíamos tener una participación más relevante en la esfera pública y en la toma de decisiones de la gestión sanitaria. Lamentablemente, en la práctica no es así.

Veterinarios

Somos los únicos profesionales sanitarios capacitados y habilitados para el tratamiento de las enfermedades y patologías de todos los animales, y curiosamente, el 75% de sus enfermedades son zoonosis, es decir, transmisibles a las personas, y un porcentaje muy elevado del 25% restante trascienden socialmente por los notables perjuicios económicos que ocasionan las medidas de cuarentena con cierres de fronteras o limitación de movimientos comerciales.

Velamos por la salud y el bienestar de los animales de compañía y, por lo tanto, de quienes conviven con ellos, controlando la rabia, la leptospirosis o la transmisión de enfermedades parasitarias como la hidatidosis, por ejemplo.

También garantizamos el bienestar de los animales de producción, así como de la fauna silvestre. Tratamos de impedir la transmisión de enfermedades de origen animal, evitando así zoonosis como la que todavía padecemos y otras muchas. Hemos actuado como sanitarios dando soporte en su diagnóstico precoz en laboratorios universitarios veterinarios o en la elaboración de vacunas en centros privados frente al covid-19.

Los veterinarios vigilamos que nuestros alimentos cumplan unas estrictas condiciones sanitarias, garantizando su inocuidad a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde el establo hasta la mesa, vigilando que se cumplan las condiciones de salubridad e higiene en los mataderos y en los establecimientos que manipulan alimentos, controlando que se encuentren libres de agentes infecciosos o residuos peligrosos para la salud humana. El control de alimentos de origen animal debe ser solo realizado por veterinarios, por sus especiales conocimientos.

También existen colegas que se dedican a la investigación, incluso en estas latitudes nuestras, de tan penosas condiciones para ello. Otros estudian las enfermedades actuales y las emergentes que puedan afectar a nuestra fauna doméstica y silvestre y también a nosotros, los humanos o en el desarrollo de los tratamientos y vacunas y en las unidades de cirugía experimental en algunos hospitales.

Es necesario que la Ley de Profesiones Sanitarias no solo reconozca a los veterinarios como profesionales sanitarios, sino que se aplique este reconocimiento a todos los efectos, garantizando y promoviendo, desde el Ministerio de Sanidad la figura del veterinario interno residente (VIR), que permita acceder a la formación de especialista veterinario y poder ser incluidos en el Sistema Nacional de Salud.

'Manifa'

Hoy, domingo 20 de marzo, los veterinarios nos manifestamos en Madrid para dejar constancia a ministras y consejeras de Sanidad, coordinadores multiusos de los asesores técnico-científicos, casi ninguno veterinario y a toda la ciudadanía, que todavía no se ha enterado de nuestras habilidades, que se incluya a los veterinarios como profesionales sanitarios en la toma de decisiones que afectan a la sanidad y el bienestar animal y la salud pública, algo que, pareciendo de sentido común, no se está produciendo.

La rabia en España

El riesgo principal para nuestro país ha sido y sigue siendo el norte de África, un territorio fuertemente endémico. Actualmente existe un foco en Melilla, que preocupa seriamente a los sanitarios, que se ha tornado endémico y de difícil control y erradicación. El siguiente nivel de riesgo, aunque considerablemente menor, es la importación ilegal de perros de raza, procedentes de países del este de Europa.

La rabia en Ucrania

Con la situación actual, el riesgo se incrementa de forma notable por las mascotas que acompañan a algunos refugiados. Sabemos que en los últimos 25 años se registraron 63 casos de rabia en humanos transmitida por perros y gatos. Solo en 2020 se diagnosticaron más de mil casos en animales. También la hidatidosis, una zoonosis parasitaria que transmiten los perros y gatos, es endémica en Ucrania. Cualquier mascota procedente de Ucrania deberá ser vacunada y desparasitada.

¿Qué fue de Juan Guaidó, el adalid de la libertad venezolana? La Embajada creó un desconocido títere para derrocar en las urnas a Maduro y lo paseó por Europa. En Euskadi le agasajaron. Ahora parece que Maduro no es tan malo y han echado el pelele a la basura.

Hoy domingo

Ensalada ucraniana Olivier (como la rusa, pero con más huevos), pollo de caserío asado a baja temperatura de Maialen y tarta de queso del Nevada. Agua del Añarbe, por lo de abstemio diletante y temporal. No estoy para pelis malas.