La distancia de la poltrona a la calle suele ser kilométrica, por mucho que sus señorías pretendan disfrazarlo. Cada vez que un gobernante en las entrevistas pone en evidencia su ignorancia de la realidad cotidiana del ciudadano, la reacción popular no se hace esperar, con tuits y escarnios. Nadie ha olvidado todavía la respuesta de Zapatero en el programa Tengo una pregunta para usted de TVE al interpelarle un invitado por el precio de un café en la calle aquel año de gracia de 2007, inicio de la crisis. “80 céntimos”, dijo con voz dubitativa tras intentar recordar ¡cuándo puñetas fue la última vez que tomó un café con leche con los votantes! La contestación arrancó una gran carcajada entre los parroquianos de todas las cafeterías de España porque ya para entonces el precio de un café no bajaba de 1,20 euros. En 2011, el consejero de Transportes de Madrid, José Ignacio Echeverría, aseguró en la Asamblea autonómica que el metrobús no existía. En realidad se trataba del tique más utilizado de su área de Gobierno desde hacía trece años. Pero este fenómeno de lejanía entre la moqueta y los adoquines de la calle no es privativo de España. En 2016 en Francia, Jean-François Copé, uno de los aspirantes a la candidatura republicana, al preguntarle un presentador de Europe 1 el precio de una napolitana de chocolate contestó sin pestañear que de 15 a 20 céntimos, cuando en realidad costaba también 1,20 euros. Ahora le ha tocado a Rajoy. Se paseaba esta semana por la plaza de Abastos de Logroño, junto a la alcaldesa y al presidente de La Rioja, intentando exhibir simpatía personal. En uno de los puestos, dándoselas de experto aseguró al frutero: “¡Estas peras y manzanas son de La Rioja!”, a lo que el interpelado respondió que sí. Pero seguidamente enmudeció cuando el líder del PP le pregunto: “¿Y los aguacates...?”. Desde luego que los aguacates no eran riojanos, sino un producto exótico nacido hace 7.000 años en América y que se cultiva en México, Chile y pocos sitios más. En Europa, solo lo han conseguido Málaga y Granada.
