Zas en toda la boca
La frase desgraciadamente no me corresponde, antes la exhibieron Peter Griffin, en Padre de familia y Sheldon Cooper en The Big Bang Theory. Su rotundidad cuajó en la ciudadanía consiguiendo la popularidad actual. La sentencia sobre los cinco miembros de La Manada, que respeto pero que no comparto, está cargada de afirmaciones que trascienden la ciencia jurídica, entrometiéndose con poca fortuna en el campo de la psicología, especialmente el magistrado Ricardo González, autor del voto particular abracadabrante. El juez considera que no ha quedado acreditado que “la denunciante, durante las relaciones sexuales, se encontrase en una situación de shock o bloqueo que le hubiese impedido comunicar a los cinco acusados que su deseo no era mantenerlas”. Y añade: “No aprecio en ninguno de los vídeos y fotografías signo alguno de violencia, fuerza o brusquedad ejercida por parte de los varones sobre la mujer. No puedo interpretar en sus gestos, ni en sus palabras intención de burla, desprecio, humillación, mofa o jactancia de ninguna clase. Sí de una desinhibición total y explícitos actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo en todos ellos, y ciertamente menor actividad y expresividad en la denunciante”. Ayer, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid dio un zas en toda la boca a los tres magistrados, asegurando que “cuestionar la conducta de la víctima supone una revictimización con tantas o más repercusiones y secuelas que la primera”. Más adelante señalan que el miedo “es una emoción que reacciona en función de nuestros pensamientos, nuestras creencias y nuestros patrones mentales, diferente en cada persona y circunstancia, que no puede ser objeto de valoración para determinar la repercusión del delito en la víctima. No existe una única respuesta emocional ante una situación tan grave como lo es la violencia sexual y por lo tanto no se puede juzgar en relación a este concepto”. Esto, concluyen , “lleva a la víctima a una situación de indefensión y a la sociedad a la indignación”. Pues, eso.