Estimado Markel Ormazabal, con relación al escrito de colaboración “Indeseables de mala fama”, publicado en este periódico, (permíteme que te tutee después de tantos años), he de indicarte que estoy contigo en que en nuestra sociedad no se debe enaltecer lo militar y el militarismo, aunque discrepo de esta afirmación en el contexto del artículo.

En él, haces referencia al Gaztelu Eguna, si bien entiendo por tus palabras que también te refieres a la conmemoración del 31 de agosto.

Respecto al día de la quema de nuestra ciudad, como bien he dicho, es una conmemoración, la cual no tiene nada de fiesta o celebración, sino realizar una recreación de los hechos ocurridos aquel agosto de 1813, en el que nuestra ciudad fue saqueada, destrozada y quemada. Actos necesarios para dar a conocer y no olvidar lo que padeció nuestra ciudad y nuestros vecinos, en los cuales no se ensalza en ningún momento la figura del militar.

Por otro lado, el Gaztelu Eguna, es otro de los días importantes de nuestra ciudad, en el que se rememora el día que las tropas francesas, que aún permanecían atrincheradas en Urgull, abandonaron nuestra ciudad, después de las innumerables atrocidades cometidas a nuestras vecinas y vecinos. Y, además, se celebra el acuerdo que tomaron nuestros vecinos en Zubieta para volver a reconstruir San Sebastián. Otro acto en el que tampoco se ensalza ninguna figura militar, todo lo contrario, se celebra el abandono de los militares franceses de las calles de nuestra ciudad.

Como bien he dicho en otras ocasiones, las tamborradas que se organizan en nuestra ciudad son eventos que unen a nuestros vecinos, especialmente el 20 de enero, en el que todos dejamos de lado nuestras diferencias y codo con codo, recorremos las calles de nuestra ciudad al unísono de las marchas de Sarriegi.

Por todo lo que te he mencionado anteriormente, desde mi punto de vista, la figura militar en las tamborradas, no es para nada un símbolo que difícilmente promueva la convivencia, ya que conocemos lo que simboliza. Y como tú bien sabes, algunas tamborradas omiten esa figura militar, aunque incongruentemente enarbolan la bandera de Sancho el Fuerte, el cual no se caracterizó, precisamente, por ordenar a sus tropas repartir flores en las batallas.

Para finalizar, me remito nuevamente a lo antes escrito y como todos los días 20 de enero, espero volver a verte, dejando de lado nuestras discrepancias y pasando un rato agradable.