Posiblemente una de las literaturas más originales de estos últimos años es la que emplean los magos y médiums africanos para publicitar sus mágicos poderes y sobrenaturales habilidades. Simplicius, gran aficionado a la originalidad literaria o no, coge siempre y lee cuidadosamente los folletitos que le ofrecen en la calle esos fácilmente reconocibles magos o sus ayudantes y se lo pasa en grande leyendo todas las maravillas que estos señores se atreven a prometer hacer. Arreglar problemas de dinero, de amor, de fidelidad, de fertilidad, de odio, de enemistades, de la próstata, etc. Lo que hasta ahora no ha encontrado Simplicius todavía es ninguno que prometa arreglar los problemas políticos. De todas esas literaturas leídas hasta ahora, la última recogida le pareció verdaderamente genial. Presumía ésta nada menos que de “desintegrar a los demonios del infierno”. No me digan ustedes que la cosa no es tentadora. A pesar de que parece difícil mejorar esa oferta, Simplicius guarda una que aún la supera en originalidad. La de un mago de esos que ofrece “cobrar el trabajo después de resultados”.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
