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Nuestra historia, de tribus a nación

si las llamadas tribus vascas las formaban principalmente los territorios de Beronia (más o menos la actual Rioja, no solo “logroñesa, alta, media o la Bureba”), si Autrigonia comprendía parte de la actual Cantabria, Bizkaia y tierras guipuzcoanas hasta el Deba, si Caristia se puede definir como parte de la actual Araba, si los várdulos eran los actuales guipuzcoanos, los jacetanianos los de la comarca de Jaca, los aquitanos, los portavoces del euskera arcaico, y los vascones eran los pobladores de la actual Navarra reducida y los que unieron a las demás tribus, ¿por qué se niega que nuestro pueblo vasco tuvo historia y límites que hoy no se admiten?

Incluso los historiadores nos hablan de la actual comunidad de Cantabria, de las Cinco Villas aragonesas, de Soria, del Olmo burgalés como patrimonio vasco.

Y es que el Reino de Pamplona-Naxara era algo más de lo descrito en toda esta tesis.

No podemos ignorar nuestra historia. Sabemos que Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, territorios vasconizados, nunca fueron independientes, unilateralmente, pero fueron tenencias navarras y castellanas, antes señoríos, ducados, hermandades, provincias, y que los vascos de allende los Pirineos formaban parte del Reino de Navarra. Que hubo un reino que conquistó, invadió, saqueó, abolió sus leyes y suprimió los reyes bajo la conquista de Castilla, antecesora de la España actual, donde hoy día se sigue comentando por los historiadores españoles que fue una anexión voluntaria.