Sinsorgadas
Cartas a la Dirección
Señala en la etapa final de su mandato el lehendakari Patxi López que "el perdón es un concepto cristiano que igual no es necesario" y propone una fórmula alternativa perifrástica. Decir que el perdón es un concepto cristiano es una sinsorgada. En el Corán, en el Libro de las Mujeres, la interdicción del suicidio se hace apelando a la infinita capacidad de perdón. En el budismo, en relación con el Karma. Enrique Tierno Galván en su libro ¿Qué es ser agnóstico? hacía reflexiones sobre muchas cosas, entre ellas el perdón antes de afrontar el parentesco intelectual entre agnosticismo y marxismo. En el reino animal, en la comunicación, desde en la naturaleza abierta a una cuadra se aprecian ritos exculpatorios. De estas cosas hay que hablar en serio, no para apuntarse tantos. Una reflexión en serio: hay cosas irreparables. Tenemos que ser capaces de dejar a los que vengan detrás de nosotros un país distinto al que hemos vivido con el menor peso de la losa de lo irreparable. Y eso no se hace con equilibrismos verbales y sinsorgadas cargadas de sectarismo e incultura, que dan la sensación de que su autor no lucha sino por su propio proyecto político. Y estoy convencido de que los ciudadanos lo vamos a saber hacer con naturalidad y sin aspavientos. Desde esta íntima convicción sueño con el día en que discrepemos naturalmente sin siquiera empujarnos física o moralmente. Cuando Winston Churchill recibió en la puerta de la Cámara de los Comunes a su sucesor Clemence Attle, al ver acercarse el coche, pronunció una mordacidad: "Ahí llega un coche vacío". Que cuando llegue su sucesor no tenga que decir al ver a Patxi López: "No ha salido nadie a esperarme".
Carlos Matellanes