Este pasado domingo 26 de febrero acudí, como cada domingo, a Anoeta, al partido que enfrentaba a la Real Sociedad con el Mallorca, con mi hijo de 2 años. Lo llevo desde que tiene más o menos un año. La primera vez que llevé al niño pregunté cuál era la edad máxima para que entrara gratis, ya que quise hacerle socio y no había localidades. Su contestación fue que hasta los tres años de edad.
Cuál fue mi sorpresa el pasado domingo, ya que no me dejaron entrar porque, según el club, ese mismo día, sí, ese mismo domingo, lo decidieron así: los niños con más de dos años tenían que pagar. Acudí a la ventanilla de incidencias y me confirmaron que tenía que pagar, que ese mismo día lo habían decidido. Pero la historia no acaba aquí. Tuve que comprar la entrada de mi hijo y la mía ya que no había localidades para mi hijo por la puerta por la que yo accedo al campo (puerta 21). Imagínense la situación. Y yo con mi niño en brazos intentando que me diera alguien una respuesta, nadie me la daba y mi niño diciéndome "aita Real, aita fútbol".
Compré las entradas -¿cómo no lo iba a hacer?- como hubiera hecho cualquier padre. A la mañana siguiente, el lunes 27, me presenté en las oficinas de la Real para que alguien me diese una explicación y me ofrecieron la misma que el domingo. Increíble pero cierto. Digo yo que podían haberlo avisado con un partido o dos de antelación o, más fácil, en la página web de la Real. Es más, me llegaron a decir en la oficina que no se debería llevar a niños tan pequeños (esto es crear afición) y que, por supuesto, que no me pagaban mi entrada. Me pareció vergonzoso la actitud del club al que todos queremos. Hay ciertos amores que cansan y causan divorcios, como el mío con este club, ya que no voy a poder acceder al campo con mi hijo de ninguna de las maneras. Espero que algún responsable de la Real Sociedad se ponga en contacto conmigo y me dé alguna explicación, cosa que dudo que hagan.