Cartas a la Dirección
LA decisión de establecer la fluoración del agua de consumo en la CAPV se adoptó en 1988 a través del Decreto 49/1988 y Orden del 27 de febrero de 1989 del Departamento de Sanidad. Esta práctica sigue vigente a pesar de la abundante evidencia científica que nos advierte de los graves problemas de salud a los que nos expone la ingesta de flúor. Dada su probada toxicidad, en agosto de 2002, Bélgica fue el primer país que prohibió los suplementos de flúor. Según el premio Nobel y Doctor en microbiología Prof. Albert Schatz, " la fluoración es la estafa más grande de todos los tiempos y la que ha afectado a un mayor número de personas". Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países bajos y Suecia han rechazado la fluorización del agua. Esto supone el 98% de los países de Europa occidental. En humanos, se ha demostrado que el flúor provoca artritis, osteoporosis, fracturas de cadera, cáncer, infertilidad, enfermedad de Alzheimer y trastornos cerebrales. Debido a la fluoración, millones de personas sufren hoy hipotiroidismo y sus múltiples síntomas. Ante toda esta evidencia yo me pregunto ¿porqué continua el Departamento de Sanidad con esta práctica tóxica para con nuestra salud? De las caries ya nos ocupamos las familias con la alimentación y la higiene bucal. No es lícito utilizar el agua como vehículo de un medicamento. En España solo fluorizan el agua algunas ciudades de Andalucía, en Murcia, Catalunya y País Vasco. Es hora de rectificar. Tarde pero hora de rectificar. Un departamento de Sanidad que no vela por nuestra salud carece de credibilidad.
Cristina Maldonado de Castro
Donostia