Agresión paisajística en Hernani
Cartas a la Dirección
COMO pocos municipios de Gipuzkoa, Hernani, desde principios del siglo XX, cuenta en pleno centro urbano con un extenso jardín diseñado al estilo paisajista, denominado Ave María. Recientemente, a consecuencia de las obras del proyecto de recuperación del citado jardín para parque público, han insertado en el, en su lado sur, un faraónico, impactante, desproporcionado e incomprensible nuevo acceso que ofende a la vista y agrede al paisaje. Realizado en acero corten, dispone en primer término de un espacio rectangular a modo de recepción, en donde se anuncia el nombre del parque. De inmediato, da paso a una exageradísima, innecesaria y absurda rampa zigzagueante, construida también a base de acero corten con pasamanos de acero inoxidable que de forma ascendente nos conduce hasta el lugar que ocupa la villa.
Dicho acceso ha cortado de forma drástica el terreno dispuesto en talud que ya existía y cuyo resultado es la formación de un incoherente gran zócalo que ha interceptado bruscamente las visuales que permitían apreciar en todo su esplendor y en su totalidad la arquitectura de la Villa Ave María
En las obras del proyecto de recuperación para parque público, en lugar de respetar en su integridad el carácter que ya manifestaba el jardín, se ha optado sobre todo en ese punto, por una transformación tremendamente irrespetuosa y despilfarradora. Dado además que, a pocos metros, existe todavía el camino de acceso que se ha venido utilizando hasta ahora para acceder a la villa. Se da la circunstancia además que este último, respecto al nuevo, tiene la ventaja de estar trazado con una pendiente menor e integrado de forma respetuosa en el paisaje del parque.
El mobiliario del parque, bancos, farolas, etc. es a su vez extemporáneo al estilo de parque intervenido.
Ya va siendo hora de que en los parques y jardines de Gipuzkoa de más de 100 años, como es el caso presente, cuando se trate de su rehabilitación o restauración, actúen empresas y jurados expertos en la gestión de los jardines históricos y, no aquellas que con osadía y sin escrúpulos distorsionan irrespetuosamente el patrimonio de todos.
Ignacio Javier Larrañaga Urain