Síguenos en redes sociales:

Nos esclavizan

Ya hemos votado. Las emociones ya se han relajado y no nos han cobrado comisiones. La resaca del día después se difumina: unos creyeron ganar y otros creyeron perder, pero continuamos perdiendo todos, los rojos, los azules y demás colores. La clase política se releva, los asientos del Congreso y el Senado soportan inquilinos nuevos pero, seamos del color que seamos, continuaremos solos con nosotros mismos, y muchos ya no son dueños ni de su propio futuro, otros tendrán hipotecado durante décadas hasta su alma. No solo existen cinco millones de desesperados, sino que tienen en su entorno los padres que sufren por ver a sus hijos parados, y estos otros que ven a sus hijos hasta sin presente. La sociedad está triste y enferma, los síntomas colaterales ya están brotando, las ansiedades no descansan, las depresiones se multiplican. No podemos quedarnos esperando que los que tienen su nómina asegurada se preocupen por la nuestra, no dejemos que nos tengan entretenidos con el juego de la pelota, no seamos marionetas del poder y reaccionemos; nos quieren esclavizar democráticamente. Somos víctimas del capricho especulador de unos cuantos con cómplices sin escrúpulos en una Europa a dos explotaciones. El siglo pasado fueron las guerras bélicas y este la económica. Están hipotecando países enteros con mano de obra a precio de saldo, y sus presidentes, o serán incapaces o serán cómplices, o tal vez ingenuos que les cueste unas elecciones. El siguiente ya sabe lo que le espera, pero el sufrimiento lo paga el pueblo.