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Filantropía

Se ha publicado que un grupo de acaudalados norteamericanos quiere crear una especie de asociación filantrópica, teniendo la intención de recaudar cerca de 500.000 millones de dólares que distribuirían después entre la gente necesitada, lo que no está nada mal, algo es algo. Pero, ¿qué ocurriría si estos señores suprimiesen del decálogo de sus grandes empresas el despido libre, redujeran las horas de trabajo de sus empleados y pagaran unos sueldos acorde con sus tremendas ganancias? Pues que sus trabajadores no vivirían con la angustia de verse en el paro de un día para otro -práctica muy común en los EEUU-, tendrían una gran calidad de vida familiar, sin apuros económicos, y de paso reducirían de forma muy importante el paro y la miseria en un país todopoderoso, pero con 30 millones de pobres.

¿Y qué si las grandes petroleras pagasen a los países productores de crudo, como Ecuador o Nigeria por ejemplo, un precio justo y a los productos derivados del mismo les aplicasen un coste mucho más razonable? Pues que prácticamente en todos los países, sobre todo en los más pobres, el efecto dominó llevaría aparejado una gran reducción de precios y la segura mejora de sus condiciones de vida.

Las ganancias de sus multinacionales bajarían, pero todavía les quedaría suficiente para distribuir entre sus accionistas y realizar su idea filantrópica, es decir, un poco de caridad pero un mucho de justicia, que se vería compensada con la admiración y el cariño de millones de personas que dependen de las decisiones que estos señores tomen. Y no me digan que con su dinero pueden hacer lo que quieran, porque ese dinero lo han conseguido, fundamentalmente, con el esfuerzo de su capital humano y nadie, con sólo su trabajo, amasa semejantes fortunas.

Sueñen conmigo, pero con los pies en el suelo; los que en pocas fechas fraguaron los destinos de todos los pueblos de España, aquellos que perduraron tras 39 años de dictadura, aquellos que anunciaron la "democracia" para que todos y todas soñáramos felizmente, y miren adonde nos ha llevado aquel sueño. Recuerden conmigo: en 1975 muere el dictador Franco, después de 39 años de dictadura, casi una vida para algunos. Unos cayeron en esos años y a otros los hizo desaparecer.

ETA lleva 42 años de dictadura. Su primera parte se podría decir que fue aplaudida por algunos y algunas; recuerdan el voló, voló Carrero voló de 1973. En 1976 se aprueba la Reforma de los Partidos Políticos, aparece Alianza Popular, herederos directos del franquismo, en 1976, eso nos lleva a 1977, a la amnistía, un perdón, una gracia, en la que miembros de ETA sin delitos de sangre salen a la calle, y todos los franquistas reconocidos lavan sus manos en esa democracia ajustada para ellos.

Borrón y cuenta nueva, limpiaron sus penas, sus atrocidades y elaboraron la Constitución española a su medida. Era el año 1978. Se dan cuenta como todo aquello de "atado y bien atado" tuvo sus frutos, pero se abrió una pequeña puerta, un resquicio: se coló en la Constitución el Estatuto de Gernika de 1979, que de alguna manera favorecía el autogobierno de los vascos y vascas.

Pero ahí estaba sobre nuestras cabezas el capítulo VIII de la Constitución. Quizás aquello no era suficiente. Algo se estaba tramando para sofocar y desanimar a vascos y catalanes deseosos de mejorar su capacidad de gobierno. El 23-F de 1981 paró en seco todas aquellas aspiraciones: había que tener cuidado con el Ejército español, podía invadir Euskadi, así que se dictó la LOAPA en 1982, para determinar la línea roja que el Estado español ponía sobre las soberanías de Euskadi y Catalunya y que no se debían traspasar.

Es en 1989 cuando Alianza Popular cambia sus señas de identidad y pasa a llamarse Partido Popular, pero en definitiva son los mismos de antes herederos de aquellos y aquellas que durante casi 40 años ostentaron el poder.

Aquellos territorios, antes llamados por Franco provincias traidoras, Bizkaia y Gipuzkoa, se van a ver envueltos en situaciones parecidas a pesar de esa pseudodemocracia que nos han impuesto.

Los padres, hijos y nietos del aquel franquismo, que fueron rebautizados como demócratas de toda la vida con la Ley de Amnistía, dictan la Ley de Partidos Políticos para seguir perpetuándose en Euskadi como los grandes paladines de la democracia.

Hoy, en 2010, han pasado años, ustedes y yo hemos soñado con un País Vasco, con una Euskal Herria libre y prometedoramente soberana, pero para ellos necesitamos de todos y todas y quizás ese sueño pueda ser alguna vez una realidad. Han visto el cepillado que han dado al Estatut catalán, y recuerdan más que cepillo la garlopa que usaron para no cepillar sino para talar de raíz el nuevo Estatuto vasco que presentó el lehendakari Ibarretxe en las Cortes españolas.

Si el sueño es realidad y ETA desaparece, ¿qué le queda por hacer al Estado español para seguir menospreciando al pueblo vasco y dándole migajas, pero siempre desde su prisma de nación española en la que según ellos la identidad de los vascos debe ser superada por la identidad española, la Roja, la Vuelta Ciclista a España?

Quién sabe lo que se les va a ir ocurriendo a cada paso que ven acercarse más el final tan añorado por todos los vascos.