He visto cosas que no creerías
HE visto estrellas morir más allá de la Nebulosa del Águila. Esas espectaculares columnas de gas fueron captadas con total nitidez por el telescopio espacial Hubble situado a 600 kilómetros sobre el nivel del mar. Una asombrosa demostración de la capacidad tecnológica del ser humano. Desafiando los últimos avances en materia de lentes ópticas en miniatura, no existe ni una sola imagen del interrogatorio al que fue sometido Martxelo Otamendi y donde asegura fue torturado. Una asombrosa demostración de la capacidad oscurantista del ser humano. Y de neoludismo policial. El método científico es un meticuloso proceso formal, en el que la combinación de hechos y circunstancias deben ser previstos y rigurosamente comprobados. Sin pruebas ni testigos, es una conducta sospechosa esperar siete años para sentenciar que no existía relación alguna con ETA. Tampoco existe un perito en la Guardia Civil que sepa que eta es una conjunción copulativa en euskera. Contemplando la luz de las estrellas se ha podido determinar la edad del universo en 13.700 años, y que su expansión se ha acelerado debido a la presión de la energía oscura. Basarse en la presión de fuerzas oscuras con falsas acusaciones para atacar civiles está años luz de la praxis judicial y desafía todas la leyes.
He podido ver sobrecogedoras imágenes que confirman la existencia de un agujero negro a 50 millones de años luz de la Tierra. Una conclusión revolucionaria. No menos que la deducción de Patxi López de que el caso Egunkaria es una ataque contra el Estado de Derecho, no contra el euskera. Será casualidad ¿serendipia? que se trataba del único diario en euskera de la Tierra. Cuando observo la infinidad del universo me entra el vértigo, como cuando pienso en la Justicia española. Y siento que, como los cosmólogos, no hallaremos respuestas a las preguntas fundamentales. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de tirar de hemeroteca.