Bien conocida es su histórica afición por la fiesta y por el sentirse “tan a gustitooooooo”, eslogan presente en toda memoria colectiva pop. Porque la noche, al diestro José Ortega Cano, siempre le ha gustado y confundido. ¡También ahora! Son tantas sus ganas de salsear tras regresar de nuevo a la soltería que, esta pasada semana, volvió a mostrar su esencia festiva de antaño. Y lo hizo en una casposa fiesta taurina repleta de gomina, tunos, toreros y royals como la infanta Elena, que ejerció como madrina del acto. Según recoge la revista Pronto, “Ortega nos dejó a todos sorprendidos cuando se acercó a la hermana mayor de Felipe VI y le dijo que tuviera cuidado, que él estaba libre y con muchas ganas de encontrar pareja. Se le veía totalmente desinhibido y con ganas de juerga”.

Así, sin preliminares. Aunque su particular actitud bocachanclas no terminó ahí. ¡Para nada! Faltaba por llegar su versión más rancia y cuñada. Esa que tantas veces ha mostrado frente a los medios de comunicación: “Infanta, está usted muy guapa, tenga cuidado que vuelvo a estar soltero”. Frase que resume una noche en la que lo dio absolutamente todo: ejecutó unos pases con una muleta al son de las canciones de José Mercé, cantó junto a la tuna la mítica Clavelitos, lució su tradicional capa, perreó y hasta se entonó una ranchera.  

Y todo ello ante un público todavía más marciano que él, que le aplaudió buena parte de las gracias. Como la peor de las cenas familiares de Nochebuena. En ciertos momentos incluso sobrevoló en el ambiente su peor cara, esa que le llevó a la cárcel dos años, seis meses y un día por sendos delitos de homicidio imprudente y conducción temeraria. Algo que, por cierto, desde hace tiempo no aplaude ni soporta Ana María Aldón, con quien aún sigue casado, y a la que por cierto se le ha relacionado este fin de año con un alto directivo de Mediaset, noticia que la propia diseñadora ha desmentido.