En las tres ediciones que lleva en antena El Desafío, no han sido pocos los momentos que han dejado para el recuerdo sus participantes, el jurado y el presentador Roberto Leal que, al frente de este formato, ha conseguido mantenerse entre las producciones más vistas, coronándose en su segunda edición como “líder absoluto de la noche de los viernes”, cuentan desde Atresmedia. Ahora, los retos continúan y lo harán además cargados de sorpresas.

¿Cómo está encarando esta tercera temporada? 

Con muchas ganas, y sintiéndome un afortunado porque es una suerte estar en un programa como este. Además de muchas emociones y de haber vivido en primera persona retos increíbles, también creo que lo que se transmite a muchos niños y a muchas familias que se sientan juntos a ver el programa es que trabajando, con disciplina y currándote las cosas, al final siempre hay un premio. Creo que es muy bonito que eso se pueda transmitir en una televisión en abierto y que la gente por la calle te lo diga. Así que contento y también muy pendiente de ver cómo la gente lo acoge. 

El nombre de El desafío le viene como anillo al dedo, pues son diferentes pruebas y retos. Para usted también es un reto estar al frente de este formato, ¿no?

Sí, lo es porque aunque esta es la tercera temporada y se pueda pensar de alguna forma que ya sabes a lo que te expones, es verdad que cuando tienes por delante a concursantes que son diferentes, cada uno con su propia personalidad y carácter, y las pruebas son diferentes, pues el programa varía mucho. Para mí sigue siendo un reto porque no sabes por dónde te va a salir. Y hay veces que, por muy controlada que tengas la prueba y se haya ensayado por su parte, cuando llega el momento, ahí se la juegan a una carta. Y se nota cómo cambia su actitud, e incluso le dan ese punto de riesgo mayor que en los ensayos, que es cuando te sobrecoges y te llevas más de un susto durante la temporada. Pero yo creo que es importante también que haya esa parte de verdad, que se la están jugando constantemente. Aquí no vienen a participar en un programa de juguete. Aquí se la juegan de forma literal y hay incluso lesiones durante la temporada. 

Hablaba antes de los concursantes, porque cada uno tiene un perfil totalmente diferente. ¿Qué cree que va a aportar cada uno al programa?

Bueno, al final tú lo has dicho, no tiene nada que ver uno con el otro; unos vienen acostumbrados a trabajar en los medios, otros en la comedia, hay deportistas, presentadores, influencers... Creo que al final todos ponen algo en común, y es que realmente vamos a ver esa otra cara de estas personas que los humaniza a todos. En este programa, si consigues el reto después de haber estado entrenando dos-tres semanas, te emocionas, lloras, ríes, saltas, te tiras al suelo... Eso es lo que haría cualquier persona que está en su casa si consigue algo que le ha costado sudor y lágrimas. Y si no lo consigue, la frustación, el enfado, el me quiero ir y el me peleo con el jurado también pasa, y eso también pasa en la vida real. Lo que quiero decir es que lo que vienen a aportar estas personas es, por su parte, muchísima entrega y por la otra, muchísima verdad. No se ponen máscaras, y eso se agradece en una televisión como esta, que es puro entretenimiento. Yo creo que eso genera empatía y puede ser una de las claves por las que el programa funciona.

Los concursantes son diferentes, y las pruebas también lo son. ¿Nos puede contar cómo va a ser la dinámica este año?

Cambia de una temporada para otra porque si no resultaría repetitivo para el espectador, y también sería muy sencillo para los concursantes, que sabrían lo que tienen que hacer. Las pruebas se van complicando porque es más difícil cada año encontrar pruebas que no se hayan hecho, que sean originales o que sean arriesgadas. Además se busca que tengan ese punto de show. Sin decirte una específica, este año el elemento agua y fuego ha tenido mucho peso en el programa, y ha habido momentos de casi quemarnos literalmente. Está siempre controlado y hay profesionales alrededor, y por supuesto máxima seguridad, pero el susto está ahí y la tensión es evidente. 

Usted además que es bastante salsero, ¿le veremos en alguna de las pruebas?

Este año quiero recordar que no he tenido el foco encima como una prueba para mí solo, como un reto que digamos que sea el protagonista. He participado en muchos de ellos, digamos como actor secundario casi, no como presentador, pero creo que no ha pasado. De alguna forma me ofrecieron hacer la apnea. Por hache o por be no se hizo, cosa que agradecí, y creo que de haber una siguiente temporada va a ser lo primero que me pongan encima de la mesa. Es una de las cosas que más respeto me da. También te digo que soy bastante cabezón en ese sentido, y si me lo proponen y me lo propongo lo terminaré haciendo, aunque no va a ser esta temporada [risas].

O sea que habrá que esperar.

Habrá que esperar, sí. Y habrá que entrenar.

Comentaba antes que una de las claves del éxito de este programa es la innovación. ¿Cuáles cree que son las otras claves?

Creo que al final tenemos la suerte, que entiendo que tiene mucho ver con lo que decíamos de los valores que se transmiten, de que el programa caiga bien a los niños. Que hayamos encontrado ahí ese segmento o ese nicho en el que los niños se sientan a gusto con sus padres viendo este programa, nos ayuda a que el formato sea bastante más popular de lo que sería simplemente yendo a un target más reducido. Creo que al final los padres están tranquilos con que sus hijos vean un programa como este porque no hace daño a nadie. Todo lo que transmite es que si trabajas mucho seguramente sea más fácil que puedas encontrar ese objetivo o conseguir esa meta, pero también puede pasarte que por mucho que trabajes no lo consigas. Eso de querer es poder, para una taza de desayuno está muy bien, pero en la vida no siempre es así, y eso pasa también en El Desafío. Creo que son valores que en televisión se agradecen y que los sobresaltos que hay tienen que ver siempre con el reto. Nunca vamos más allá.

Podemos verle en El desafío y en Pasalabra, todo fruto del esfuerzo. ¿Dónde se ve en el futuro? 

No me gusta plantearme dónde estaré dentro de equis años, porque en este oficio las carreras pueden ser muy cortas, y es mejor pensar a corto plazo. Yo te hablaría, por ejemplo, de este año que acaba de empezar, que me gustaría seguir disfrutando de esta tranquilidad de levantarte por la mañana y seguir en Pasapalabra y El Desafío. Pero no me gusta plantearme dónde estará mi carrera dentro de muchos años, porque si esta misma pregunta me la haces tú hace cinco años, o en 2017, cuando me dieron Operación Triunfo, jamás se me habría pasado por la cabeza. Entonces, no lo sé. Prefiero dejarme llevar un poco, como las mareas, y que cada cosa se ponga en su lugar con el tiempo. 

Vivamos el momento.

Totalmente. Es lo que tiene que ser, sí.