La aviación israelí ha destruido el Palacio Presidencial de Saná, la capital de Yemen, en el marco de una ola de bombardeos de represalia por el lanzamiento de un misil con bomba de racimo contra territorio israelí. Al menos dos personas han muerto y 35 han resultado heridas en estos ataques israelíes que han alcanzado además dos centrales eléctricas y al menos un depósito de combustible.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha asegurado que la aviación "ha destruido el palaco presidencial hutí en Yemen" en declaraciones desde el centro de mando de las Fuerzas Aéreas, en Tel Aviv, acompañado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Precisamente Netanyahu ha advertido de que "atacaremos a quien nos ataque". "Quien planee atacarnos, le atacaremos. Creo que la región entera está conociendo la fuerza y la determinación de Israel", ha apuntado, según recoge el diario 'The Times of Israel'.

"El régimen terrorista hutí está aprendiendo por las malas que pagará, que está pagando un precio muy alto por su agresión contra Israel", ha añadido.

"Seguimos ejerciendo un bloqueo aéreo y naval y estamos atacando infraestructuras utilizadas para fomentar el terrorismo hutí", ha añadido Katz. "Por cada misil que disparen contra Israel, los hutíes lo pagarán multiplicado", ha advertido.

El Ejército israelí ha confirmado el ataque contra el complejo militar donde se encuentra el Palacio Presidencial, las centrales eléctricas de Haziz y Assar, y un almacén de combustible utilizado "para las actividades militares del régimen terrorista hutí".

"Los ataques se llevaron a cabo en respuesta a repetidos ataques del régimen terrorista hutí contra el Estado de Israel y sus ciudadanos, incluido el lanzamiento de misiles tierra-tierra y vehículos aéreos no tripulados hacia el territorio del país", ha explicado el Ejército israelí.   

BOMBA DE RACIMO

Fuentes de seguridad israelíes ya han avanzado, bajo condición de anonimato, ya habían avanzado que los bombardeos constituyen una respuesta a los recientes ataques con misiles de los hutíes y particularmente al ocurrido el viernes, cuando un proyectil con carga de racimo, nunca visto antes en la campaña de los insurgentes contra Israel, alcanzó un domicilio en la ciudad de Ginaton, sin dejar víctimas.

El escudo defensivo de Israel fue incapaz de interceptar la carga entera del proyectil, de acuerdo con las fuentes de la investigación al diario 'Times of Israel', aunque han insistido que las defensas aéreas del país están capacitadas para responder a esta clase de munición, prohibida por el Derecho Internacional por su carácter indiscriminado.

En una primera respuesta al ataque, un destacado representante político de los hutíes, Hezam al Asad, ha avisado que la insurgencia no se verá intimidada en lo más mínimo y que proseguirá contra su campaña contra Israel en apoyo a la causa palestina.

"Mediante su agresión contra nuestro pueblo, el enemigo sionista intenta engañarse con una victoria imaginaria atacando un tanque eléctrico, o una gasolinera, para levantar la moral de sus colonos entre el humo que se eleva", ha advertido, "pero solo se tambalea, sumido en el fracaso y la derrota".

"Nuestras posiciones son firmes y basadas en principios, y nuestras operaciones en apoyo de Gaza continuarán y se ampliarán", ha zanjado el alto cargo del politburó de Ansar Alá, el nombre oficial de la insurgencia.

Ya en una declaración oficial posterior, el Gobierno hutí denunció que los ataques han alcanzado la "vital central eléctrica de Haziz", que "proporciona luz a hogares de personas inocentes y abastece a hospitales para niños y enfermos" objeto de una "destrucción generalizada" que ha desembocado en "un apagón".

"Consideramos al enemigo sionista y a su socio estadounidense directo plenamente responsables de las terribles consecuencias de este ataque traicionero y crimen atroz, y de la consiguiente pérdida de vidas, propiedades e infraestructura vital", añaden las autoridades.

El Gobierno hutí denuncia así que "el enemigo sionista ha desencadenado una guerra abierta contra la nación árabe e islámica", pero "estos brutales ataques no disuadirán al gran pueblo yemení de su firme y legítima postura en apoyo total y absoluto a nuestro puebo en la Gaza asediada, objeto de un crimen de genocidio absoluto".

"Apoyar a Palestina es un deber religioso, nacional y humanitario", destacan los hutíes, que defienden igualmente "el derecho de Yemen, como Estado soberano, a defenderse, a defender su tierra y sus lugares sagrados y a disuadir cualquier agresión". "¡Alá es el más grande! ¡Muerte a Estados Unidos! ¡Muerte a Israel! ¡Victoria para Yemen y Palestina!", concluye el texto.