Alberto Fernández, expresidente de Argentina, ha renunciado como líder nacional del Partido Justicialista argentino después de que fuera imputado formalmente por presuntos delitos de “lesiones graves doblemente agravadas” y “amenazas coactivas” contra la exprimera dama Fabiola Yáñez.
“En el marco de la denuncia por presunta violencia de género a partir de la cual estoy siendo investigado en la Justicia Federal, vengo a elevar mi renuncia indeclinable al cargo de presidente del partido justicialista orden nacional con el que oportunamente me honrara”, indicó Fernández en una carta remitida al Consejo Nacional Federal del Partido Justicialista y recogida por el periódico Clarín.
Fernández considera que tiene “el deber y la necesidad de manifestar” que esta decisión la ha tomado “con el único propósito de no involucrar al partido en el que siempre” militó con “los hechos que falsamente” se le acusan.
“Deseo que ninguna esquirla del linchamiento mediático al que estoy siendo sometido pueda lastimar a este partido en el que militan hombres y mujeres que tanto hicimos por la igualdad de género y respeto a las diversidades”, señala en la carta.
Así, en la misiva en cuestión hace hincapié en que los hechos que se le imputan “son falsos”, mientras que ha señalado que espera “que la Justicia actúe como tal, deje de lanzar irregularmente datos a través de los medios de comunicación” y le permita “ejercer el derecho legítimo a la defensa”. “Con mi alma lastimada por tanto escarnio y siendo víctima de una cruel operación que también lastima a mis hijos, saludo a cada compañero y compañera con mi compromiso de siempre”, concluye.
Lesiones graves
El federal Ramiro González, a cargo de la investigación abierta por la denuncia contra Fernández impulsada por Yáñez por supuesta violencia machista, imputó el pasado miércoles al exmandatario de los delitos de lesiones graves doblemente agravadas por el vínculo y por darse en un contexto de violencia de género y de amenazas coactivas en perjuicio de su expareja.
Con esta acusación, el procurador solicitó recabar pruebas en el marco de la denuncia presentada a partir de fotos y charlas halladas por la Justicia en el teléfono de la secretaria de Fernández, como parte de una investigación por presunta corrupción en la contratación pública.
En su dictamen, el fiscal dice que Yáñez “sufrió una relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar” asentado “sobre una relación asimétrica y desigual de poder que se ha desarrollado a lo largo del tiempo”.