El pediatra norteamericano John Kahler, cofundador de MedGlobal y quien regresó hace pocos días del devastado norte de Gaza, describe a EFE heridos tratados sin anestesia, niños incapaces de combatir simples infecciones y explica cómo el dolor es lo primero que se apodera de quienes sufren hambre. “Hay que pensar en ello como si fuera una pirámide”, dice Kahler en una videollamada desde Chicago, donde reside. “Los niños que consiguen papilla especial (diseñada para combatir la desnutrición) están arriba del todo de la pirámide. El 100 % de la gente está sufriendo. La base de esa pirámide está sufriendo”.

Hambre catastrófica

En el norte de Gaza, donde apenas llega ayuda humanitaria dado el cierre por Israel de los puntos de acceso terrestres más próximos, el 70 % de la población no evacuada, o 210.000 personas, ya sufren “hambre catastrófica” y una hambruna es inminente, según determinó a principios de marzo un informe respaldado por la ONU.

Pero según Kahler, se trata de estimaciones conservadoras ya que la mayoría de gazatíes nunca será examinado ni podrá llegar -aunque lo necesite- al hospital operativo más próximo. “Hasta las ambulancias han sido bombardeadas”, critica.

Los ataques y bombardeos de artillería israelíes han dañado 155 centros de salud, según cifras del 4 de marzo del Ministerio de Sanidad gazatí, dejando fuera de servicio 32 hospitales y 53 centros médicos.

Kahler dice haber tardado 2,5 horas en recorrer unos 30 kilómetros desde la base de UNICEF en Jan Yunis (sur) hasta el hospital Kamal Adwan, en la norteña Beit Lahia, debido a los puestos de control militares y la necesidad de coordinar acceso y seguridad con el COGAT, el brazo militar israelí que controla los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados.

Ascienden a más de 32.000 los muertos por los ataques de Israel sobre la Franja de Gaza. EP

Y una vez alcanzado el norte de Wadi Gaza, la primera zona donde Israel demandó a 1,1 millones de gazatíes evacuar a mediados de octubre, Kahler asegura haber sido engullido por la nada: “Todo ha sido reducido a escombros o volado por los aires. Todo. Incluso la carretera”, dice sobre el área que engloba ciudad de Gaza.

En lo que resta de esa urbe, desde un vehículo blindado, asegura haberse cruzado con “tres o cuatro familias” -de más de cinco miembros- encabezadas, en su mayoría, por un niño ondeando una tela blanca, símbolo internacional de alto al fuego. “Eso me rompió el corazón”, dice el pediatra de 77 años y abuelo de doce nietos.

EL PRIMER SÍNTOMA DEL HAMBRE

Según advierte Kahler, son muchos los menores gazatíes que ya padecen el dolor físico y psicológico insoportable asociado al hambre. “El primer síntoma del hambre es el dolor y la primera víctima del hambre es la capacidad de atención”, detalla el pediatra. “De modo que cuanta más hambre tengas más dolor sentirás y más serás capaz de concentrarte en una única cosa: conseguir comida”.

Kahler dice que los niños entonces son incapaces de comportarse como tales y solo muestran una mirada apática, sumidos en un dolor y en una “sensación de vacío” que impregna sus cuerpos. Unos cuerpos con un sistema inmunológico debilitado -que sufren infecciones- o cuyo organismo se está apagando, por ejemplo, “con riñones que no funcionan” a causa de la deshidratación crónica.