El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó este viernes a Ucrania de intentar torpedear con ataques fronterizos las elecciones presidenciales, que comenzaron ayer en el país, y prometió que estos “no quedarán impunes”.

“Con el fin de torpedear las elecciones, atemorizar a la gente, en varias regiones fronterizas con Ucrania el régimen neonazi de Kiev planeó e intenta ejecutar acciones militares demostrativas. Estos ataques enemigos no pueden quedar y no quedarán impunes”, dijo Putin al presidir por videoconferencia una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia.

Putin, que busca la reelección para un quinto mandato, se mostró “convencido” de que el pueblo ruso responderá a la amenaza con “una unidad aún mayor”. “¿A quién han decidido amedrentar? ¿Al pueblo ruso? ¿Al pueblo multinacional de Rusia? Eso nunca ha sucedido y estoy seguro de que nunca sucederá”, afirmó.

El líder ruso aseguró que esos ataques contra las regiones de Bélgorod, la más castigada desde el principio de la guerra en Ucrania, y Kursk tuvieron objetivos “civiles” en territorio ruso. “Cerca del 95% de los misiles y proyectiles del enemigo han sido destruidos por la defensa antiaérea. Sin embargo, lamentablemente tenemos víctimas civiles”, señaló.

Ucrania atacó el viernes con quince misiles Vampire de producción checa Bélgorod, incluido su capital, dejando dos muertos, después de que, por su parte, Rusia atacara una zona residencial de la ciudad ucraniana de Odesa con un saldo de 16 muertos y 73 heridos.

“Mercenarios extranjeros”

A su vez, Putin denunció que desde el 12 de marzo el ejército ucraniano utiliza “unidades especiales de mercenarios extranjeros y fuerzas de apoyo del Ejército ucraniano” para intentar “entrar y afianzarse” en territorio ruso. “Cometieron toda una serie de ataques de sabotaje y terrorismo, cuatro en la región de Bélgorod y una en la de Kursk. Utilizaron más de 2.500 efectivos, 35 tanques y cerca de cuarenta blindados de combate”, dijo.

Con todo, añadió, “el enemigo no logró tener éxito (...), fue repelido y se replegó, o mejor dicho, salió huyendo, con gran cantidad de bajas. Perdió cerca del 60% de los efectivos y más de la mitad de los blindados”. Según informó ayer el Ministerio de Defensa ruso, las tropas ucranianas sufrieron más de 1.500 bajas, 500 de ellas mortales, en sus ataques de los últimos tres días contra las regiones rusas.

Las autoridades de Rusia aseguraron ayer que repelieron el jueves “otro intento de las Fuerzas Armadas de Ucrania” de llevar a cabo una incursión en la región de Bélgorod, situada en la frontera, y recalcaron que más de 50 personas murieron en las filas ucranianas.

El Ministerio de Defensa ruso señaló que el intento de incursión tuvo lugar en los alrededores de la localidad de Kozinka, en un intento de “tomar por sorpresa” a las fuerzas rusas. Así, afirmó que “un grupo ucraniano de sabotaje de las fuerzas especiales y mercenarios extranjeros realizaron un aterrizaje de 30 efectivos usando dos helicópteros Mi-8 y aprovechando las características del terreno, a una distancia de un kilómetro de la frontera con Rusia”. “Tras el aterrizaje, el grupo de sabotaje se trasladó en secreto a Kozinka, donde entró en varias casas en sus alrededores. Al intentar avanzar en profundidad en la zona poblada, los saboteadores ucranianos fueron descubiertos y detenidos por unidades de las Fuerzas Armadas, junto a las fuerzas fronterizas del Servicio Federal de Seguridad (FSB)”, manifestó.