La inteligencia militar ucraniana celebró ayer la falta de avances sustanciales de las fuerzas rusas en el este debido a una supuesta escasez de municiones, mientras que el jefe de los mercenarios rusos Wagner, Yevgueni Prigozhin, acusó al Ejército de no suministrarle proyectiles.

En una entrevista con un medio local, el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budánov, aseguró que Rusia ya ha empezado su esperada “gran ofensiva” en la región oriental de Donbás, pero que esta apenas es perceptible debido a la escasez de municiones y misiles que estaría sufriendo Rusia.

Por su parte, Prigozhin –cuyo ejército privado de mercenarios ha protagonizado algunos de los avances rusos de las últimas semanas en Donbás– volvió a acusar al Ministerio de Defensa de su país de no proporcionarle las municiones que necesita y culpó a esta institución de la muerte en combate de sus militares.

“Son jóvenes que perdieron sus vidas a consecuencia de la hambruna de municiones. Debieron ser cinco veces menos. Esto significa que las madres, esposas e hijos recibirán sus cuerpos. ¿Quién es culpable de sus muertes? Aquellos que debían haber solucionado el problema del abastecimiento con suficientes municiones”, afirmó.

El Ministerio de Defensa ruso había desmentido previamente a Prigozhin al asegurar que el grupo Wagner sí había recibido las cantidades de municiones necesarias.

Aunque fueran ciertos, los reproches de Prigozhin al ejército no son necesariamente un diagnóstico de la inteligencia militar ucraniana. Numerosos analistas atribuyen la escasez de la que se queja el dueño de Wagner a la competencia entre los generales y Prigozhin por el favor del Kremlin.

Sin novedad en el frente

El análisis de la inteligencia militar de Kiev, que no da a Moscú la menor posibilidad de éxito en su objetivo de hacerse con todo el Donbás, concordaba con lo expuesto el pasado martes por Zelenski tras reunirse con sus generales, que consideran la falta de grandes movimientos en el frente del este una prueba de la impotencia rusa. “Pese a toda la presión contra nuestras fuerzas, la línea del frente no ha cambiado”, dijo Zelenski en su discurso diario.

Mientras tanto, el mando militar ruso informó ayer de varias “acciones exitosas” en el frente de Donetsk, donde habrían infligido cerca de 420 bajas, entre muertos y heridos, a las tropas ucranianas. El parte de guerra no mencionó específicamente la situación en Bajmut, la localidad de Donetsk donde se libran los combates más duros.

Situación en crimea

Uno de esos territorios que Putin reivindica como rusos es la península de Crimea, situada en el Mar Negro y bajo control ruso desde 2014, cuando Moscú anexionó esta república autónoma que la inmensa mayoría de la comunidad internacional sigue considerando legalmente parte de Ucrania.

El líder de la región anexionada, Serguéi Aksiónov, presentó ayer una nueva línea de fortificaciones para protegerla de una posible ofensiva ucraniana.

“Quieres paz, prepárate para la guerra”, dijo utilizando la máxima bélica de origen latino. “Crimea es rusa y lo seguirá siendo, sin importar qué planes tengan otros”, agregó Aksiónov en referencia a las aspiraciones ucranianas de recuperar Crimea.

Informe de la OMS

Ataques a centros sanitarios

Un total de 802. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió ayer de que se han producido un total de 802 ataques rusos contra la atención sanitaria en dicho país durante este tiempo. “Esta semana se cumple un año desde que Rusia invadió Ucrania. Las consecuencias sanitarias de esta guerra han sido devastadoras. Desde el inicio del conflicto, la OMS ha verificado 802 ataques contra la atención sanitaria, que han causado 101 muertes de profesionales sanitarios y pacientes”, lamentó Tedros, que manifestó que la guerra está exacerbando las necesidades sanitarias.