El 19 de septiembre de 2022, Ian se formó como una pequeña inestabilidad al este de las Islas de Barlovento, a las puertas del Caribe. Dos días después, arrastró fuertes vientos y lluvias a Trinidad y Tobago, y las costas de Venezuela y Colombia. A medida que aumentaba la convección y el sistema se volvía más compacto, se fue convirtiendo en una tormenta tropical, y en huracán al tocar las Islas Caimán. El 24 de septiembre, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia. El 27 de septiembre, 55 distritos escolares cancelaron las clases, la mayoría de los aeropuertos y puertos suspendieron sus operaciones, se aplazó el lanzamiento de Artemis I y… Disney World cerró sus puertas. Ese mismo martes Ian penetró en el oeste de Cuba como un huracán de categoría 3. Una importante marejada ciclónica y fuertes lluvias afectaron la provincia de Pinar del Río donde se registraron al menos tres muertes. La tormenta perdió fuerza mientras atravesaba la isla, pero recobró fuerzas sobre el océano conforme avanzaba hacia el oeste de Florida, convirtiéndose en un huracán de categoría 4 en la mañana del miércoles 28. Al menos 16 inmigrantes ilegales desaparecieron cuando el bote que los transportaba desde Cuba se hundió cerca de los Cayos de Florida.

El miércoles y el jueves Ian azotó Florida con vientos de 241 km/h, hasta casi alcanzar la categoría 5; es el quinto huracán más violento en la historia meteorológica de los Estados Unidos, y uno de los quince huracanes de categoría 4 o 5 que han tocado tierra en la península de Florida desde que comenzaron los registros en 1851. Arrancó casas de sus cimientos, cortó las comunicaciones e inundó zonas enteras en ambas costas del estado, dejando sin electricidad a 2,6 millones de hogares, cerca de un 25% del total.

Huracán

La tormenta afectó sobre todo a la costa este de Florida, Fort Myers, Punta Gorda y áreas de los condados de Lee y Charlotte. El canal que unía Sanibel con el continente ha sido destruido en tres zonas, impidiendo el tráfico por carretera. En palabras del gobernador Ron DeSantis, Sanibel, en el condado de Lee, “fue golpeada por una marejada ciclónica de proporciones bíblicas” que rompió los canales de suministro de agua, por lo que el condado se ha quedado sin agua potable. El 99% de los hogares del condado de Hardee, en el centro de Florida, siguen sin electricidad, y el 80% en el condado de DeSoto. Más de 42.000 personas trabajan para restaurar el suministro de energía.

Joe Biden anunció que el huracán será responsable de una “pérdida sustancial de vidas humanas” y podrá terminar siendo la tormenta más mortífera en la historia de Florida. Los equipos de rescate aéreo y marítimo han confirmado el rescate de más de 700 personas hasta el viernes. DeSantis ha anunciado cerca de 80 muertes, pero se cree que los fallecidos son muchos más.

Tormenta tropical

Tras su impacto contra la costa oeste de Florida, el sistema se debilitó, avanzando a través del centro de Florida como una tormenta tropical. No obstante, al entrar ese mismo jueves por la noche en el océano Atlántico al norte de Cabo Cañaveral, volvió a convertirse en un huracán de categoría 1 con vientos de 137 km/h. El Centro Nacional de Huracanes y el Centro de Huracanes del Pacífico Central pronosticaron que evolucionaría con vientos de hasta 129 km/h en la medianoche del jueves y que golpearía Carolina del Sur y el Cabo del Miedo el viernes por la mañana. Con vientos con fuerza de tormenta tropical cuyos efectos afectan zonas a 665 kilómetros de su epicentro, se pronostica que Ian provocará una marejada ciclónica de 1,5 metros sobre el nivel medio del mar en las costas de Georgia y las Carolinas. Lluvias de hasta 20 centímetros amenazan con generar graves inundaciones desde Carolina hasta Virginia.

Algunos de los peores huracanes que han afectado los Estados Unidos y otras partes del Caribe han ocurrido a partir de 1992, cuando el huracán Andrew, una tormenta de categoría 5 con vientos sostenidos de 265 km/h, ocasionó 23 muertes. En 2004, el huracán Charley, de categoría 4, azotó Florida, y Katrina, de categoría 5, causó más de 1.800 muertes y 125.000 millones en daños a finales de agosto de 2005. Sandy causó más de 100 muertes en 2012. El huracán Harvey, de categoría 4, tocó tierra en Texas y Louisiana en agosto de 2017, causando inundaciones catastróficas y más de 100 muertes. Un mes más tarde, Irma, de categoría 4, impactó contra los Cayos de Florida. Se convirtió en una tormenta de larga duración que tocó siete veces tierra, cuatro veces en el norte del Caribe como un huracán de categoría 5, y en Florida como una tormenta de categoría 4. Los huracanes Irma y María dejaron un terrible saldo de más de 3.000 muertes en 2017. El huracán Michael, de categoría 5, afectó Panhandle en Florida en octubre de 2018.

Ian se ajusta a las condiciones predichas en un mundo cada vez más cálido: huracanes sobrealimentados, más húmedos y fuertes. Tal como ha afirmado a Ap News Emanuel Kerry, científico atmosférico del MIT, “veremos más tormentas como Ian”, huracanes muy violentos que cebados por aguas tibias se desarrollan en pocas horas, ganando rápidamente fuerza a medida que avanzan sobre la superficie de océanos calentados por el cambio climático. El Centro Nacional de Huracanes define las tormentas que se intensifican rápidamente como aquellas en las que la velocidad del viento se incrementa al menos 56 km/h en menos de 24 horas. Es el caso de unas 30 tormentas tropicales del Atlántico que, en los últimos cinco años se han convertido en huracanes en menos de un día.

Tormentas

Hoy se registran un 25% más de tormentas que se intensifican rápidamente en el Atlántico y el Pacífico oriental que hace 40 años, según un análisis de los datos del Centro Nacional de Huracanes. Concretamente, entre 2017 y 2021 ha habido 30 tormentas que se intensifican rápidamente en el Atlántico y 32 en el Pacífico Oriental. La parroquia de Jefferson, una región de 430.000 habitantes al oeste de New Orleans, fue azotada el año pasado por el huracán Ida. Los vientos de esa tormenta pasaron de 130 km/h a casi 220 km/h en 24 horas.

Es el caso del huracán Ian, que se ha reforzado en un 67% en 22 horas hasta generar un huracán de categoría 4 un día más tarde. La rápida intensificación de Ian ocurrió después de que se desplazara sobre las aguas del Caribe. El experto en huracanes de la Universidad Estatal de Colorado, Phil Klotzbach, ha afirmado que el agua tibia es para las tormentas como el combustible para los cohetes. Los huracanes más poderosos retienen más humedad, lo que los hace más explosivos en forma de lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas.

Mientras el oeste está en llamas, el este se inunda. Según el Atlas de mortalidad y pérdidas económicas por fenómenos meteorológicos extremos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el último medio siglo ha habido más de 11.000 catástrofes meteorológicas en el mundo, con un saldo de más de dos millones de muertes y pérdidas por valor de 3,64 billones. Esto supone el 50% de las catástrofes, el 45% de las muertes registradas y el 74% de las pérdidas económicas. Según la OMM, en los últimos 50 años las sequías han provocado 650.000 muertes, las tormentas 577.232, las inundaciones 58.700, y las temperaturas extremas 55.736. El cambio climático es un eficiente verdugo, y un voraz consumidor.