Rusia clamó ayer victoria en la localidad ucraniana de Pesky, en la región oriental de Donetsk, lo que fue negado por el mando militar de Kiev, que informó de “feroces combates” en la zona, al tiempo que persisten los temores por la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia.

“A consecuencia de acciones ofensivas de las tropas aliadas fue completamente liberado el poblado de Pesky en la república popular de Donetsk”, dijo el portavoz militar ruso, Ígor Konashénkov.

Los militares ucranianos rechazaron la versión rusa y aseguraron que el “agresor trata de romper” su línea de defensa en dirección a Pesky, pero continúan “combates feroces” allí y en localidades cercanas.

Pesky, a pocos kilómetros de la ciudad de Donetsk, controlada por los prorrusos, es uno de los principales campos de batalla entre las fuerzas rusas y ucranianas durante más de una semana.

Para los rusos la toma de Pesky, donde según datos de 2019 vivían tan solo nueve personas, permitiría continuar la ofensiva en dirección norte hasta Avdiivka y noroeste.

Ataques a la central nuclear

Paralelamente a los combates en el Donbás, Rusia y Ucrania se volvieron a acusar ayer de ataques a la central nuclear de Zaporiyia, convertida en el trofeo bélico más peligroso y explosivo de la contienda en Ucrania.

Según las autoridades prorrusas de Zaporiyia, región ucraniana controlada prácticamente en su totalidad por el Ejército ruso, las fuerzas de Kiev volvieron a atacar este sábado la mayor planta atómica de Europa.

“Energodar y la planta atómica de Zaporiyia vuelven a estar bajo fuego de los combatientes de Zelenski”, declaró Vladímir Rógov, portavoz de la administración prorrusa de Zaporiyia, en su canal de Telegram.

El pasado viernes, Rógov ya había denunciado un ataque ucraniano con armamento pesado contra la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, que dañó la línea de alto voltaje de la subestación de la planta.

Los prorrusos también denunciaron ayer que debido a los ataques de Ucrania se ven obligados a apagar una de las turbinas de la planta hidroeléctrica de Kajóvskaya, en la región sureña de Jersón, limítrofe con Zaporiyia, lo que puede tener graves consecuencias para el funcionamiento de la planta nuclear.

Mientras, la corporación atómica ucraniana, Energoatom, acusó a las tropas rusas de atacar la central y difundió una entrevista con un operario de la planta atómica en la que este compara la situación con la catástrofe de Fukushima y lamenta que la comunidad internacional se limite a manifestar su “profunda preocupación” con lo que ocurre en la planta.

Desde hace días ambos bandos se acusan de atacar la planta, lo que ha desatado la alarma del Organismo Internacional de la Energía Atómica y la ONU, que llamó a cesar cualquier actividad en torno a la central nuclear para evitar un “desastre”.