Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a aumentar drásticamente la entrega de ayuda en Somalia a causa de la sequía y ha alertado de que más de 350.000 niños podrían morir a causa de la desnutrición antes de septiembre si la situación no mejora.

"La situación humanitaria en Somalia sigue deteriorándose rápidamente", ha dicho el coordinador humanitario de la ONU para Somalia, Adam Abdelmoula, quien ha recordado que "1,5 millones de niños menores de cinco años están desnutridos".

"Contemplamos que 356.000 de ellos podrían no sobrevivir de cara a finales de septiembre de este año. La desnutrición aguda va a aumentar a menos que incrementemos nuestro plan de respuesta de forma relevante", ha explicado Abdelmoula, según un comunicado de su oficina.

En este sentido, ha hecho hincapié en que en la actualidad "la mitad de la población, 7,1 millones de somalíes, necesitan ayuda humanitaria" y ha advertido de que "si fracasa la quinta temporada de lluvias, esta cifra aumentará de forma significativa".

La ONU ha destacado que ocho de los 90 distritos de Somalia sufren ya condiciones similares a la hambruna, mientras que más podrían caer en esta situación si no se aumenta la entrega de financiación. "Pido continuamente a nuestros donantes, tradicionales o nuevos, que gasten el dinero para poder salvar vidas ante una posible quinta temporada fallida de lluvias", ha explicado Abdelmoula.

Abdelmoula ha hecho estas declaraciones desde la localidad de Dollow, situada en el estado de Jubalandia al sur de Somalia, donde ha visitado nuevos asentamientos de desplazados internos y centros de salud junto al recientemente nombrado enviado especial del Gobierno somalí para la sequía, Abdirahman Abdishakur.

Abdishakur ha destacado desde el campamento de Kabasa que los desplazados han llegado a Dollow "buscando asistencia debido a que no tienen acceso a las agencias de ayuda". "Hemos visto que muchos de ellos llegaron hace pocos días en una situación desesperada y que aún no han recibido ayuda", ha lamentado.

Kabasa, creado en mayo, acoge ya a 300 familias somalíes. Dollow, que cuenta con unos 90.000 residentes, aloja además a más de 145.000 desplazados, una cifra que sigue aumentando por la llegada de personas desde Bay, Bakiil y Gedo debido al aumento de la inseguridad alimentaria.

El entonces primer ministro de Somalia, Mohamed Husein Roble, decretó el estado de emergencia en noviembre de 2021 y en marzo hizo un llamamiento a la entrega de ayuda internacional ante el empeoramiento de la sequía en el Cuerno de África, con Somalia como el país más afectado en la región.