Jerusalén - La Puerta Dorada, que se levanta imponente en la muralla de Jerusalén ante las faldas del Monte de los Olivos -sellada desde época medieval y que, según la tradición judía, se abrirá cuando venga el mesías-, es el nuevo punto caliente en la Explanada de las Mezquitas.

El último tira y afloja entre palestinos e israelíes se ubica en el edificio colindante al acceso (llamado Puerta de la Misericordia) que está cerrado por Israel desde 2003 y donde la autoridad islámica jordana, Waqf, llamó a los fieles a rezar a finales de febrero. El complejo alojaba las oficinas del comité de patrimonio islámico, cerradas por Israel por presuntas actividades políticas. Tras la movilización de los musulmanes por el Waqf, las fuerzas israelíes cerraron con una cadena el edificio, lo que provocó la ira de los palestinos, y jóvenes estudiantes la rompieron y oraron en el lugar. Más tarde fue el propio Waqf -que administra los lugares santos musulmanes en la parte oriental de Jerusalén, ocupada por Israel desde 1967- quien puso una cadena, pero los jóvenes también la retiraron a la fuerza.

A finales de febrero, Israel realizó decenas de detenciones en torno a la Explanada. Israel inició conversaciones con Jordania para cerrar la crisis, pero el malestar sigue creciendo y ayer se lanzó un coctel molotov contra un puesto de la Policía israelí en la Explanada, tras lo que agentes armados evacuaron el convulso lugar. “Nos dirigimos a una nueva intifada por los ataques a la Mezquita de Al Aqsa”, avisó ayer lunes el mufti (líder islámico) de Jerusalén. - Ana Cárdenes