Hace cinco años un día como el de ayer los científicos chinos aislaban y secuenciaban el genoma del virus que había causado un brote de neumonía, hasta entonces de causa desconocida, en el mercado de Wuhan. Se descubría así el coronavirus SARS-CoV-2, un bicho que nos cambiaría la vida para siempre.
Pero hoy por hoy ha pasado a ser uno más de los numerosos virus respiratorios que en diciembre y enero, gracias a esos besos y abrazos que repartimos a diestro y siniestro con nuestros mejores deseos, nos hacen repetir los patrones de cuidados de todos los años. Es más, el coronavirus que tanto nos quitó el sueño ya nos da un poquito más igual y hemos vuelto a poner al de la gripe, cuyo pico de contagios se espera en Euskadi para esta misma semana, en el primer lugar del ranking.
La semana pasada, el último informe de vigilancia epidemiológica de Osakidetza anunciaba ya ese aumento de la circulación del virus de la gripe y del VRS (Virus Respiratorio Sincitial), que produce la bronquiolitis aguda, mientras que los casos de covid se mantenían estables. Por tanto, es esperable que estos dos primeros microbios sean los protagonistas de los próximos días copando las consultas de urgencias y Atención Primaria. Habrá que ver si las 500 camas extra que se han habilitado en los hospitales vascos son suficientes.