Dicen algunas voces autorizadas que las fake news serán la próxima pandemia. En tiempos de ataques informáticos masivos, cambio climático, nuevos virus biológicos y guerras de las de verdad, con bombas y drones que matan, resulta que las mentiras, bien tragaditas, hasta el punto que van conformando ideologías y convirtiendo en boba e irascible a la gente, podrían ser el siguiente gran desafío al que nos enfrentemos como sociedad. Y pienso que esa batalla la vamos a perder, porque hace tiempo que he dejado de creer en nuestra civilización, sobreinformada y malinformada por dejación propia. Creo que somos cada vez peores y que la denostada labor periodística que a tantas personas escucho criticar, no es más que un reflejo de la sociedad que vivimos. Diría más: el deterioro de los medios de comunicación no es tan grande como el de nuestra propia sociedad. La inmediatez, la superficialidad, la falta de coherencia en la que vivimos, mezclada con una irascibilidad sin precedentes, ha hecho de nosotros personas incapaces de convivir con la diferencia y de coger tiempo para el análisis y la consideración de otros puntos de vista. Por suerte, siempre están las redes sociales para continuar en esta huida hacia delante y construir realidades paralelas en las que refugiarnos.
