El fenómeno fan es algo muy extendido y se da en diversos ámbitos, desde la música y el cine hasta el deporte o incluso la política. En principio no tiene nada de malo admirar a alguien por su trabajo, el problema es cuando eso ciega la mente ante las evidencias. Nadie es perfecto y todo el mundo se equivoca, pero para algunos aficionados a un famoso eso es inconcebible. Es por ello que defienden a una persona que ni sabe de su existencia con ahínco. Da igual los malos actos que pueda cometer si, por ejemplo, es un gran deportista. Ser seguidor de alguien, por tanto, no debe cruzar unas líneas invisibles, nunca debemos llegar a justificar cualquier cosa. Yo prefiero no admirar en exceso y no olvidar que todos y todas somos seres humanos igualmente. Y sustituir el ídolo por referente, y admirar la obra o el trabajo de la persona. No pasar a lo personal, a creer en la perfección en todos los aspectos de la vida. Me parece lo mejor para seguir manteniendo un espíritu crítico, lo cual es imposible si te vuelves un fanático. Por desgracia, cada vez se fomenta más la admiración acrítica a los famosos en distintas ramas. Hay personas que parecen necesitar creer en la excelencia sin mácula de un ser humano que no conocen.