Leo estupefacta, la palabra me encanta, que en Booking se oferta como opción vacacional un Dacia. Que no es por la marca, que igual de estupefacción me generaría que se ofreciera un Mercedes. La cosa es que, según cuenta un usuario de la red social X, al buscar en Palma alojamientos vacacionales para octubre le salen, entre las opciones más económicas, las de dormir en un Dacia o en un Ford Transit equipados. En ambos casos el precio supera los 200 euros la noche. Más allá de que nos pueda parecer una locura, este dato esconde otra realidad muy preocupante. El turismo se ha disparado y todo vale. Otro dato terrible. Ya en Baleares las y los profesionales de distintas áreas se enfrentaban a la casi imposibilidad de lograr un alquiler que puedan pagar. Ahora igual les ofrecen un Seat Panda jubilado. Pero es que en mayor o menor medida este problema azota a muchas ciudades, en las que jóvenes y no tan jóvenes se quedan fuera del mercado del alquiler, copado por viviendas turísticas o en manos de propietarios que las sacan al mercado a precios exorbitantes. Cuando llegan los datos demográficos nos llevamos las manos a la cabeza. Lo que hay es lo que hay y si no se revierte esta loca carrera veremos a nuestros hijos e hijas con el edredón en el coche.