Les invito a que cojan su móvil u ordenador y hagan una simple búsqueda: Sánchez y Díaz. Y luego seleccionen la pestaña de imágenes, para que los resultados arrojen únicamente las fotos. Lo que verán no tiene desperdicio: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Yolanda Díaz aparecen en todo tipo de situaciones cómplices, afectuosos, como si de dos tortolitos se tratase. Elegido con esmero el momento preciso, el frame de cada saludo con dos besos, o de cuando ríen juntos, se les muestra como si estuviesen haciéndose carantoñas, caricias, arrumacos, besos, miraditas y otras poses que sugieren una especie de prolegómeno coital. Y lo mismo da que el titular de encima diga que Sánchez y Díaz pactan un hachazo fiscal de 10.000 millones a las empresas. Lo hacen los medios antisanchistas, y los que supuestamente no lo son. De izquierdas y derechas, despojándoles, de algún modo, de lo que son: los líderes de dos partidos que gobiernan en coalición y se han visto en la necesidad de llegar a acuerdos impensables hace un tiempo. Y presentándoles como meros follamigos, lo que podría interpretarse ya como una falta de respeto por reiteración. Un día tras otro. Ahora imagínense a sus respectivas parejas... Como decía aquel humorista: “Ya sé que no… Pero, ¿y si sí?”