Las tantas veces anunciadas Zonas de Bajas Emisiones que se tienen que implantar en numerosas ciudades europeas, incluidas Donostia e Irun, igual no tienen tanta prisa. O eso parece. La creación de espacios más limpios de contaminación en las ciudades grandes y medianas parecía un escalón intermedio hacia la prohibición total de los motores de combustión, contemplada para después de 2035. Pero los gobiernos de la Unión Europea han propuesto posponer el escenario general y, con ello, dejar para más adelante la prohibición total de los motores de combustión, según acordaron ayer. Más de uno soltará un resoplido de alivio porque la realidad es los coches eléctricos están aún muy lejos de poder ser aptos para todos los públicos. Ayudar a la industria automovilística puede ser el motivo del retraso, como apuntan los más críticos, pero aunque la fabricación china inundara de repente Europa de vehículos sin carburante gratuitos, no habría espacios en los que estacionarlos. Los que tienen garaje sí, claro, pero los que aparcan en la calle, que siguen siendo muchos, no pueden plantearse hoy en día ser más ecológicos más que prescindiendo de las cuatro ruedas. Luego veremos qué hacer con las baterías.