Me estrené en esta columna para las elecciones del 28-M diciendo que la política no es mi tema. Quise hacer un alegato por la juventud que, en mi opinión, sí está politizada y concienciada con los problemas actuales. Ahora me encuentro de nuevo aquí ante otras elecciones. Sé que hay muchísima gente que cree que la política es algo que no va con ellos, como si se tratase de una afición, o incluso que votar no vale para nada. Desde bien joven asumí que mi vida estaba politizada. Mi padre ha sido sindicalista muchos años. Mis padres me insistían en el uso del euskera, ya que ellos ni siquiera tuvieron la oportunidad de aprenderlo en la escuela. He visto cómo amigos inmigrantes se han tenido que enfrentar a las trabas burocráticas y a trabajos hiperprecarizados. Cómo amigos homosexuales han podido dar el sí quiero. Cómo una amiga ha podido abortar y cómo un conocido pudo recurrir a la eutanasia. Cómo hemos podido hacer pequeños proyectos de vida con apoyo de ayudas públicas. Cómo compañeros se han tenido que ir al extranjero a investigar. Cómo sanitarios y profesores se dejan la piel en el sistema público cada día. En todos los aspectos de la vida tomamos decisiones políticas. Así que, si no es por vosotros, al menos hacedlo por los demás: votad hoy, y votad para todas y todos.