El desabastecimiento que se está repitiendo en los últimos meses con ciertos medicamentos ha tenido su punto álgido con la amoxicilina en suspensión oral de 250 mg/5ml. ¿Por qué? Porque se trata de un antibiótico que se receta habitualmente a los niños para tratar algunas enfermedades respiratorias. Su ausencia en las farmacias ha desatado la tormenta perfecta, si bien ya está en visos de solucionarse. La falta de otros medicamentos no ha tenido tanto eco, salvo para quienes sufren esa ausencia. Y en esta época en la que se aboga por la sostenibilidad y se pregona a los cuatro vientos que tenemos que usar la razón y el sentido común a la hora de consumir se siguen recetando medicamentos por cajas, en lugar de por dosis necesarias. Un ejemplo reciente: prescripción de tres pastillas en tres días. Receta para comprar una caja de 40 pastillas. ¿Qué hacemos con las 37 restantes? En muchos países del hemisferio sur los medicamentos se venden en las farmacias según las dosis que prescribe el médico. Si son tres, te venderán solo esas tres pastillas. Aquí no, aquí se prefiere llenar el cajón del baño dedicado a estos menesteres de cajas de medicinas que acaban en los puntos SIGRE –si no es en la basura– cuando toca hacer limpieza.