Hay columneros que se retratan a sí mismos y al diario que les da cobijo. "Mascarillas para las feas", titulaba ayer Antonio Burgos su evacuación de machismo rancio y nauseabundo en ABC. Una presunta gracieta a la altura, o sea, a la bajura, del personaje e, insisto, de la cabecera que lleva décadas dando un altavoz al cromañón sevillano.

¿Me excedo? Ya el título les habrá dicho algo. Juzguen el primero de los tres entrecomillados que les he apartado: "Y yo añadiría una condición más para que se siga usando la mascarilla: las feas. No me digan que la mascarilla no ha favorecido a las señoras y a las chavalas feas como Picio".

He aquí el segundo: "Hija, con esa boca, esa nariz y ese mentón tan feos que tienes, no deberías quitarte la mascarilla nunca, estás guapísima con ella". Y el tercero: "Así que ya lo saben. Si a pesar del pasemisí de la manga ancha con la mascarilla en el exterior, si ven a una señora en la calle con ella puesta, no sólo es que cumpla las precauciones debidas: es que ha comprendido que embozada, con esos ojos, está guapísima y sin la FFP2 es un horror de fea". Ahí tienen a un tipo que el año pasado fue designado hijo predilecto de Andalucía. En el periódico que cada día nos da lecciones de ética granel.

Corrido el tupido velo de rigor, nos aplicamos al repaso del material del día, que es más bien escaso. Como era de prever, los días de mucho de los indultos han sido vísperas de casi nada. El homenaje fallido a las víctimas del terrorismo en el Congreso ha dado para alguna que otra carga de profundidad. "Reír con Bildu en el Congreso... mientras las víctimas lloran fuera", titula en portada La Razón sobre la imagen de la vicepresidenta, Carmen Calvo, en animada conversación con la representante de EH Bildu Mertxe Aizpurua. Lo sorprendente es que ninguno de los tres editoriales se refieren al asunto.

Sí lo hace el de El Mundo bajo el título "Sonoro rechazo de las víctimas a Marlaska y a Bildu". No esperen gran creatividad en la argumentación: "Pero las ausencias de las víctimas no fueron las únicas ayer. Ni Casado, ni Abascal, ni Arrimadas acudieron al Congreso, para no contribuir a la estrategia de Sánchez de capitalizar la memoria de las víctimas". O sea, para que fueran ellos quienes la capitalizaran.

En ABC, la cuestión merece honores de primera bajo el encabezado "Portazo de las víctimas de ETA al homenaje del Congreso". Escribe también al respecto el director, Julián Quirós, pero como lo que dice es prácticamente igual que el editorial, nos quedamos con la pieza sin firmar oficialmente: "Está claro que el Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene una sensibilidad especial para quienes están encarcelados por atentar contra la democracia, unos con prácticas sediciosas, y otros, con tiros en la nuca. En ambos casos, el resultado llama la atención por sus rasgos comunes. Arnaldo Otegui y Oriol Junqueras son los socios de referencia del PSOE y garantizan la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. La operación política cuadra al milímetro". Nada nuevo.

En El Confidencial, Antonio Casado también dedica sus letras al episodio y empieza con una metedura de pata: "Voló en pedazos la unidad con las víctimas del terrorismo en la jornada del 27 de junio (primer asesinato de ETA en 1960, una niña de 22 meses), dedicada a su memoria desde hace diez años por iniciativa conjunta de todas las asociaciones". Pues no, esa no fue la primera víctima de ETA. Está más que acreditado que esa niña fue asesinada por una bomba de una organización llamada DRIL. Se han hecho mil desmentidos y hasta ha habido reconocimiento oficial. Pero algunos no acaban de bajarse de la burra.