Todas las familias guardan algo en común: anécdotas, aficiones, viajes…, pero pocas tienen una relación tan fuerte con la montaña como los Arroyo Arto. Para esta familia de Zizur Mayor, en Navarra, la naturaleza, y en concreto la montaña, va mucho más allá del entorno, especialmente para Óscar Arroyo, el padre, quien en la última década ha escalado algunas de las cimas más importantes del mundo, una aventura de la que su mujer, Idoia Arto, sus hijas Saioa y Estíbaliz y su hijo Íñigo son imprescindibles. 

Es complicado describir la sensación que siente uno al estar rodeado de un paisaje montañoso, la de verse inmerso en un ambiente repleto de cumbres, la de hacer cima en una cumbre que ha costado escalar y verse sobre ella tras muchas horas de esfuerzo. Pero todavía es más complicado describir la sensación de compartir estos momentos con la familia, ver cómo una afición, incluso una obsesión, se convierte en el lazo que une a un hogar. 

Óscar Arroyo e Idoia Arto, su mujer, conocen perfectamente esta sensación. Ambos han visto cómo sus tres hijos: Saioa, Estíbaliz e Íñigo, crecían haciendo travesías con ellos. Involucrándose cada vez más en una filosofía y una pasión que muchas veces marcan su ritmo de vida, especialmente la de Óscar, auditor de seguridad alimentaria, que en los últimos diez años ha escalado cinco de las siete cimas más altas de los siete continentes.

Óscar Arroyo

Auditor seguridad alimentaria

Natural de Donostia-San Sebastián, pero criado en Pamplona desde que tenía tres años, ahora, a los 53, Óscar Arroyo vive en la localidad de Zizur Mayor, en Navarra, junto a su mujer, Idoia Arto y sus tres hijos, Saioa, Estíbaliz e Íñigo, con quienes comparte su pasión por la montaña, una afición que les vincula de manera especial. Para Óscar, que trabaja como auditor de seguridad alimentaria en Viscofan, la montaña es "un pilar fundamental" en su vida, tanto, que en los últimos años le ha llevado a realizar grandes excursiones por todo el mundo y a emprender un reto conocido como 'Seven Summits', cuyo objetivo es subir la cima más alta de cada uno de los siete continentes. Ya ha logrado cinco y sólo le quedan el Macizo Vinson, en Alaska, y el Everest, en Asia. 

Idoia Arto

Controller de logística

Idoia Arto, de 50 años, también es una gran aficionada a la montaña. Un hobby que descubrió de pequeña gracias a una de sus tías y por la creación de un grupo de montaña en su colegio de Vitoria-Gasteiz, ciudad en la que nació. A los 17 años, Idoia se trasladó a Pamplona a estudiar Empresariales y, más tarde ADE en la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Actualmente trabaja como 'controller' en una empresa de logística encargándose de varias compañías de Navarra, Tarragona, Madrid y Zaragoza. Además de la montaña, otra de sus pasiones es la lectura, en especial de novelas como las de las hermanas Brontë o Jane Eyre, una afición que también heredó de una de sus tías, que de joven le regalaba libros.

Saioa Arroyo Arto

Estudiante

Saioa Arroyo Arto es la hija mayor de la familia. A sus 19 años, estudia un doble grado de Biología con Ciencias del Medio Ambiente en la Universidad de Navarra (UN), carrera que compagina con dos voluntariados, uno como monitora del grupo scout Mikael de Pamplona y otro en la Asociación Navarra de Niños con Autismo (ANNA) dando cursos de natación, un deporte en el que compitió durante varios años. Si esto no fuera poco, Saioa saca tiempo para trabajar de camarera en un bar del centro de Pamplona y para disfrutar de sus hobbies, entre ellos, las series y películas; la música, en especial el piano y la guitarra y, sobre todo, como es común en su familia, la naturaleza, el monte y la escalada.

Esti Arroyo Arto

Estudiante

Estíbaliz, de 17 años, es la hija mediana de la familia Arroyo Arto y está cursando Ciencias de la Salud en segundo de Bachiller. Aunque también le gusta y es scout como sus hermanos, es la menos aficionada a la montaña. Sus gustos están más relacionados con todo lo referente a la música, y sobre todo, con el coro y el lenguaje musical. De hecho, desde hace varios años Estíbaliz canta en la Coral de Cámara de Pamplona, en donde interpretan todo tipo de canciones, desde temas modernos a canciones antiguas y en otros idiomas, como en latín.

Íñigo Arroyo Arto

Estudiante

Por último, Iñigo, el hermano pequeño, con 15 años, es un gran aficionado a todo el deporte en general. Además de ir a la montaña, Íñigo, que está en 4º de la ESO, juega a fútbol en el Club Deportivo Ardoi de Zizur, pero también ha jugado a pelota y tenis y ha practicado natación

Unos verdaderos amantes de la naturaleza. Javier Ojembarrena

Sois una familia con una intensa relación con la montaña. Una pasión que empezó con vosotros, Óscar e Idoia, pero que habéis transmitido a vuestros hijos. ¿Cuándo surgió?

-Óscar Arroyo: Sí. Es un hobby compartido. A la montaña vamos en familia. Hemos hecho rutas juntos prácticamente desde que nacieron nuestros hijos. En verano nos vamos juntos los cinco a hacer alguna travesía. Es una pasión sana porque al final es deporte, salud, naturaleza y austeridad, porque ahí los móviles y el dinero quedan fuera.

-Idoia Arto: Hemos ido tomando contacto con la montaña poco a poco. Engancha la sensación con la que vuelves. A mí me ayudaba mucho para relajarme y quitarme el estrés del trabajo. Es una vía de escape que te permite parar y te da una serenidad que no se encuentra con ninguna otra cosa. Y ya, si vas con gente, compartes experiencias muy bonitas…

¿Y qué es lo que os engancha a vosotros de la montaña?

-Saioa Arroyo Arto: Cuando éramos más pequeños, sí que teníamos los fines de semana más libres e íbamos un montón de sábados al monte. Luego solíamos aprovechar para ir a comer a un asador. Eso estaba muy bien, pero fue pasando el tiempo y empezamos con las competiciones los sábados y con el grupo scout en verano y poco a poco lo fuimos dejando. Ahora cuando más aprovechamos para hacer travesías de montaña es en verano.

-Idoia: Excepto este verano, que Óscar había gastado un montón de vacaciones para el viaje de Alaska (risas).

-Óscar: Aunque es complicado que coincidamos los cinco los fines de semana para hacer salidas todos juntos, estuvimos escalando en Etxauri hace poco. Con poder estar tres o cuatro días juntos en la montaña a mí me basta. 

-Idoia: Sí. Entre montar las tiendas de campaña, buscar algún refugio, dar una vuelta… es una pasada. Ahora Íñigo es el que más suele ir con Óscar últimamente.

-Óscar: Sí, es el que todavía tiene menos ataduras y por eso se viene conmigo. Este verano fuimos juntos unos días a Pirineos y estuvimos haciendo algún 3.000.

-Íñigo Arroyo Arto: Sí. El último que hicimos fue el Balaïtous.

¿Qué tiene de especial la montaña para vosotros?

-Óscar: La montaña es muy intensa. Y tiene mucho de compartir. Si las situaciones se tuercen un poco, por el tiempo, porque hay poca comida, o por lo que sea, pues al final no te queda otra que ayudarse los unos a los otros en una expedición. Sobre todo en las montañas de altura. Ahí sale lo mejor y lo peor de cada uno. Si no te ayudas no puedes hacer nada. 

¿Cómo empezastéis?

-Óscar: Mi primer contacto fue con 14 o 15 años con los scouts en campamentos de verano y excursiones. A mis padres no les gusta nada la montaña, ni a mis hermanos, yo soy el 'raro'. Pero esa conexión con los scouts me dio algo que de otra forma a lo mejor no hubiera conocido. Luego, ya en la universidad, hice un amigo que estudiaba Medicina y con él empecé a ir a los Pirineos, a integrarme poco a poco en las alturas, y así comencé con el objetivo de escalar las siete cimas más altas de los siete continentes.

-Idoia: Antes de tener hijos ya habíamos ido al Mont Blanc, que tiene su riesgo… Y también a Marruecos, a lo loco, alquilando un burro, para subir el Toubkal. Entonces íbamos en unas condiciones más precarias y tuvimos muchos 'fregaos', incluso en Pirineos. Como yo le he acompañado en esa primera etapa, sé que es su pasión y sé los riesgos que asume, pero es lo que hay. A veces digo que soy como las mujeres de los toreros (ríe) …

Entonces tu objetivo ahora es escalar las siete cimas más altas de los siete continentes.

-Óscar: Eso es. Hace diez años, junto a un grupo de amigos, empezamos el proyecto de subir la cima más alta de cada continente. La primera cumbre que subimos fue la del Aconcagua en 2012. Hasta ahora hemos hecho cinco, a pesar de los dos años de pandemia, que supusieron un parón para nosotros. Sólo nos quedan pendientes la Antártida y el Everest, en Asia. Las otras cinco cimas ya están hechas: el Kilimanjaro, en África; el Aconcagua, en Sudamérica; Elbrús, en Europa; la Pirámide de Carnstenz, en Oceanía; y el Denali o McKinley, en Norteamérica. De nuestras expediciones hacemos luego un libro y una película, con objetivos de divulgación, para mostrar qué es la montaña, porque para mí es una filosofía de vida: austeridad y compartir todo. A mí me da igual subir el Everest que aquí el Perdón con mi familia, al final son las dos montañas. 

-Idoia: También intentan aprovechar estas expediciones para colaborar con la gente de la zona a la que van. En la expedición al Kilimanjaro, fueron a Tanzania y entregaron material y ropa a una ONG. Además, fuimos a una aldea Masai, en la que estaban arreglando un colegio, y les entregamos el dinero que conseguimos reunir.

-Óscar: Y en Papúa, Nueva Guinea, les dejamos el material que nos sobró de la expedición y dinero para que pudiesen mejorar el alumbrado de la localidad.

Los Arroyo Arto buscando en el trastero su material deportivo.

Los Arroyo Arto buscando en el trastero su material deportivo. Javier Ojembarrena

¿Cuál será la próxima? ¿La Antártida o el Everest?

-Óscar: En el Everest he estado, pero en el campo base, a 5.500 metros. Quiero intentar antes la Antártida, porque si pruebo el Everest y veo que no lo puedo subir, ya la otra no la voy a hacer… Pero el problema está en el dinero, porque el precio de la expedición a la Antártida ronda los 40.000 dólares, que es una barbaridad… Estas expediciones también son una excusa para hacer turismo y conocer todo el mundo. Si no fuera así, igual no iría a estos lugares en mi vida… Son viajes muy completos porque conoces el país, la montaña, la cultura, la gente, la gastronomía… todo. (¿Quieres conocer en qué consiste el reto de 'Seven Summits' que está llevando a cabo nuestro protagonista, Óscar Arroyo?)

¿Y vosotros? ¿Acompañais a Óscar en este proyecto, aunque sea desde la distancia?

-Saioa: Nos quedamos abajo nosotros, esperando…. De cocineros (Risas). Sobre todo le acompañamos en los entrenamientos, especialmente en las travesías que hacemos en verano o los fines de semana en las que salimos con él al monte.

-Óscar: Y también colaboran mucho en la preparación de la película. La hacemos con móviles o con alguna cámara si nos prestan.

-Idoia: La música la solemos elegir nosotros cuatro habitualmente (dice mirando a sus hijos: Saioa, Estíbaliz e Íñigo). 

¿Cuántas personas formáis parte de esas expediciones?

-Óscar: Depende… En nuestra última expedición, a Alaska, para subir el Denali o monte McKinley, hemos estado cuatro. En la anterior, en Papúa, estábamos ocho, y en el Kilimanjaro, que en principio parece más asequible, estábamos once. 

¿Y cómo compaginas estas expediciones con tu trabajo como auditor de seguridad alimentaria, Óscar?

-Óscar: Pues tirando de vacaciones como se pueda. Ésta de Alaska fue un mes entero, unos veinte días laborables, pues sólo el viaje, entre ida y vuelta, ya se iban tres días. Pero el Elbrús, que está en Europa, fueron dos semanas. Hay que ir antes para hacer la compra de comida y material, hacer gestiones para volar con la avioneta, con los Rangers que vigilan la montaña… Y siempre calculamos algún día más, por si acaso.

¿Cómo vivís estas aventuras de Óscar desde casa?

-Idoia: Como nosotros conocemos de primera mano lo que es ir a la montaña y sabemos lo que está haciendo, cuando perdemos el contacto con él durante tantos días, sí que nos entra la preocupación. Este año, como era una expedición tan larga, decidimos aprovechar para irnos nosotros de vacaciones mientras Óscar estaba en Alaska, porque así no pensábamos tanto. O yo por lo menos… Es que inevitablemente hay riesgos. El tiempo, por ejemplo, influye mucho. Aunque puedas mirar la previsión y tener mucho cuidado, puede cambiar y ocurrir algo inesperado. 

-Óscar: Pero es que aquí mismo, en la calle, te puede caer un tiesto en la cabeza. Siempre va a haber cosas que no puedas controlar. Por ejemplo, en esta expedición, íbamos al mismo ritmo que unos montañeros chinos con los que hicimos cima el mismo día. Todos hacíamos bien las cosas, pero ellos, bajando, se cayeron, y uno perdió cinco dedos de la mano y otro varios dedos de los pies por congelaciones. Al final estás a 6.200 metros a 30 grados bajo cero y aunque hagas todo bien, cualquier error puede matarte.

De izquierda a derecha: Idoia, Íñigo, Óscar, Saioa y Estíbaliz. Javier Ojembarrena

¿Y cuando vuelve os cuenta muchas anécdotas?

-Saioa: Sí, sobre todo nos enseña fotos…

-Idoia: ¡No sé cuántas veces habremos visto la película que montó sobre la subida al Aconcagua! (risas).

Bueno, pues hablando de otras aficiones relacionadas también con el deporte, ¿os gusta ver o practicar otros deportes?

-Saioa: Sí. Yo siempre he competido en natación, bueno, los tres (hermanos) lo hemos hecho y también jugué durante un tiempo al rugby, pero no me daba tiempo a todo ni a comprometerme a deportes de club o de equipo, así que ahora hago deporte yo sola. 

-Íñigo: Aparte de ir a la montaña con papá, yo llevo cuatro años jugando a fútbol, aquí en Ardoi, un club de Zizur, y antes de eso también hacía natación. He probado otros deportes, porque siempre me han gustado mucho.

-Óscar: En mi caso entreno todas las semanas, casi todos los días, para mantenerme y estar en forma. Salgo a correr, hago bici, voy al gimnasio, a andar… todo. Llevo toda la vida haciendo deporte y si no lo hago, no funciono.

-Idoia: Yo voy a pilates porque me viene muy bien. También salgo mucho a andar, porque aquí en Zizur tenemos el monte al lado y hay muchos caminos. 

Y hablando de otro tipo de hobbies más relajados… ¿Os gusta leer?

-Íñigo: A mí me cuesta bastante ponerme a leer, y creo que a ellas (sus hermanas) también. 

-Idoia: En mi caso, sí. Ya de cría leía mucho y tenía una tía que empezó a regalarme libros. Recuerdo que me dio uno que se llamaba 'Flores en el ático' y desde entonces me encanta la lectura, aunque ahora no puedo leer tanto como antes. Me gusta devorar los libros, estarme horas y horas, lo que pasa es que con la vida que llevamos, pues me cuesta estar enganchada a un libro. Disfruté mucho de 'Mil soles espléndidos' y 'Cumbres Borrascosas'. Sobre todo me gustan autoras como las hermanas Brontë o Jane Eyre. (Conoce las recomendaciones literarias de nuestros protagonistas)

-Óscar: Yo, si no son libros sobre montaña, históricos o basados en hechos reales, no puedo, me cuesta mucho la ficción, no me lo creo y no me engancha. Pero lo que sí que me gusta es la música y cocinar. 

¿Qué tipo de música?

-Óscar: Sobre todo música americana, con guitarra acústica. De estilo indie. Además, escuchamos de todo a todas horas. Es muy normal que en esta casa siempre esté sonando algún instrumento o estén nuestros hijos haciendo lo que sea escuchando música con cascos.

¿Tocáis todos algún instrumento? 

-Óscar: Aquí ha habido siempre instrumentos en casa. Tenemos un piano y alguna guitarra en casa y todos han estudiado algo de música. Saioa y Estíbaliz, piano, e Íñigo, guitarra. 

-Saioa: Sí, empezamos desde pequeñas las dos, Estíbaliz y yo. 

-Idoia: Y Estíbaliz está en la Coral de Cámara de Pamplona.

-Saioa: Sí. Luego Estíbaliz entró a la coral y yo empecé a estudiar piano en el conservatorio. Hice cinco años, pero lo tuve que dejar porque con la universidad no me daba tiempo. Es que con el doble grado tengo clases mañanas y tardes y era imposible ir. En el futuro, no sé si lo terminaré o no.  

-Estíbaliz Arroyo Arto: Sí, yo llevaré seis años ya con la Coral de Cámara de Pamplona. Es un coro donde cantamos un poco de todo, desde cosas modernas a canciones antiguas, incluso de teatro musical con la Ópera de Cámara de Navarra y en otros idiomas, como en latín, por ejemplo. Solemos actuar sobre todo en hospitales o auditorios y en el Teatro Gayarre de Pamplona alguna vez también. 

-Idoia: Sí. Allí hicieron el 'Flautista de Hamelín' y 'El caballero y la luna'

Si pasamos a hablar de pelis y series, ¿qué soléis ver?

-Estíbaliz: A mí me gustan mucho las series de vampiros como 'Crónicas Vampíricas' y así. Por ejemplo, dentro de poco van a estrenar la de 'Academia de Vampiros' que grabaron en Olite y tengo muchas ganas de verla. (Te contamos todas las novedades de esta serie)

-Saioa: Veíamos muchas más películas juntos cuando empezó la cuarentena, que teníamos más tiempo.

-Idoia: Veíamos algunas muy raras porque Óscar tiene un gusto que es un poco extraño (risas). Eso sí, elige películas que te enganchan siempre un montón. Por ejemplo las de los hermanos Coen nos encantan. (Repasamos la trayectoria de los hermanos Coen y sus mejores películas)

-Óscar: Sí. Tienen que ser un poco diferentes, y si tienen buena música, mejor (sonríe).

-Idoia: 'Oh brother!', que es de los hermanos Coen, tiene una música buenísima. 

-Óscar: A mí, las películas de ciencia ficción me gustan, pero igual que con los libros, tiro más por cosas reales. Y ya, lo que es series no veo nada porque no me quiero enganchar a cosas largas. La última que vi fue 'Breaking Bad', porque me la recomendó mucha gente, y la terminé, aunque me costó mucho. También me han dicho que vea 'The Crown', porque como está inspirada en la historia real, creen que me va a gustar, pero no sé…

¿Quién cocina mejor en casa?

-Estíbaliz: ¡La abuela! (ríen todos), pero después, Íñigo también cocina muy bien. 

-Idoia: ¡Tiene un arte y una paciencia que no sabemos de dónde ha salido!

-Íñigo: Cuando tengo tiempo, lo que más me gusta hacer son dulces, buscar alguna receta en internet, hacerla y que salga bien da una gran satisfacción. 

-Idoia: El pastel vasco y la leche frita le salen increíbles. (Paso a paso para preparar un delicioso pastel vasco)

-Estíbaliz: Y la tarta de manzana que hiciste hace poco también estaba muy buena. 

-Idoia: A mí los postres no me salen así de ricos… Y luego, a Óscar le gusta preparar algo especial los fines de semana. 

-Óscar: Sí. No cocino mucho, pero me gusta preparar comida japonesa o exótica y de vez en cuando una paella. Como véis, otro gusto que han heredado nuestros hijos es el gusto por la comida y la gastronomía. A todos nos encanta comer y probar cosas nuevas. (Óscar Arroyo, nuestro protagonista, es auditor de seguridad alimentaria. Por eso aprovechamos para repasar qué debemos hacer para mantener una cocina segura)

La gastronomía es otra de las aficiones que Saioa, Estíbaliz e Íñigo han heredado de sus padres. Javier Ojembarrena

Entonces os habéis empapado mucho de los gustos de vuestros padres…

-Idoia: Sí. Ahora Saioa, como es la mayor, pues está menos en casa, por la universidad, los scouts o lo que sea, pero es comprensible. Luego le seguirá Estíbaliz y después Íñigo, pero es lo natural. (El sentido de pertenencia, uno de los beneficios de que tus hijos se hagan 'scouts')

-Óscar: Al final, hemos pasado tanto tiempo siempre juntos que es inevitable. Ahora menos, porque ya se van haciendo mayores y tienen sus planes y sus cosas, pero siempre hemos hecho mucha vida en familia. 

Y ya para terminar, ¿tenéis algún viaje habitual en familia o alguno que queráis hacer?

-Idoia: Cada año vamos a un sitio diferente. Este año hemos ido a Mallorca, otro año alquilamos una autocaravana y fuimos a Italia.

-Estíbaliz: Este año también fuimos a las Landas mientras papá estaba en Alaska. (Viajamos a Alaska para conocer este misterioso destino)

-Idoia: Sí, es verdad. Pero casi siempre hemos viajado por el Estado: a Galicia, Girona, Andalucía.... Solemos reservar unos diez días para ir en familia. 

-Óscar: A mí me gustaría hacer un viaje todos juntos por Asia, si se puede, si hay tiempo y si hay dinero, para ir todos juntos. Yo conozco Asia y como a ellos les encanta también esa comida, sobre todo la japonesa, pues sería un viaje muy bonito.