Charlar con Txurru siempre resulta atractivo, interesante e incluso adictivo. Porque este joven aventurero de 32 años, más de Mallabia (Bizkaia) que el propio bar de la Asun, contagia pasión, energía, positivismo de vivir. ¡A todas horas! La misma energía que transmite cada tarde en su concurso del segundo canal de Euskal Telebista Esto no es normal, pero con esa emoción premium de abordar los asuntos que más le apasionan: la aventura, los viajes y ese interesante ingreso en televisión que nunca estuvo en sus planes. Porque Egoitz Txurruka (su verdadero nombre) siempre coqueteó con la idea de centrar su vida en torno al deporte. Por ello estudió un Ciclo Superior de esta disciplina y, posteriormente, escogió la carrera de Magisterio Deportivo en la Universidad Pública del País Vasco (UPV), en Vitoria-Gasteiz. Y justo durante este primer curso, en el que suspendió las temidas Matemáticas, comenzó la aventura quizá más grande de su vida. “Tenía el examen de recuperación un 7 de julio de 2013, y me prometí que si me salía bien después me sumaría a los castings de El Conquis, que justo esa tarde se celebraban en la capital alavesa”, rememora con entusiasmo. Y así fue. No solo hizo las pruebas, sino que se convirtió en uno de los concursantes con más solera de aquella décima edición emitida en 2014. Todo ello con un estilismo a lo Justin Bieber (rubio, afeitado y completamente depilado), que dista mucho de la imagen con cabello degradado y barba que luce el Txurru de 2023.

Pero volviendo a aquellos inicios televisivos, cabe señalar que si El Conquis supuso su lanzamiento televisivo, el programa juvenil de ETB-1 Gu ta gutarrak le consolidó como uno de los personajes más divertidos y frescos de Euskal Herria. El formato supuso un verdadero boom entre la chavalería vasca y mostró ese rostro divertido, natural e incluso canalla que a Txurru no le dio tiempo a enseñar en el concurso de aventuras de Julian Iantzi. “Lo de Gu ta gutarrak fue una verdadera locura. Tres años divertidísimos en los que, además de televisión, hice grandes amigos y amigas, con los que aún mantengo contacto. Había nominaciones, pruebas, nos enamoramos... qué tiempos”, detalla. Y parte de esa frescura fue la que, posteriormente, le llevó a la emisora Gaztea. Primero como colaborador, y poco después como presentador de su propio formato: 2 Positive, que se mantuvo en antena siete temporadas. 

Y cuando menos lo esperaba, la tele volvió a cruzarse en su camino. Era agosto del año 2021, y ETB-2 buscaba renovar sus tardes. Y como bien hizo aquel joven estudiantil en 2013, Txurru volvió a presentarse con éxito a otro casting. Tanto que en pocos meses se convirtió en uno de los reporteros más reconocidos de Nos echamos a la calle. Un formato en el que llegó a ejercer de presentador sustituto y que le llevó directamente a Esto no es normal, tomando el testigo de Igor Siguero: “Creo, sinceramente, que estoy viviendo mi mejor momento personal y profesional. Y pienso aprovecharlo al máximo”. Así lo ha demostrado también en el Chupinazo de Pamplona, Celedón, o las Semanas Grandes de San Sebastián y Bilbao. Euskal Telebista, por cierto, también quiso premiar a Txurru por su incansable entrega dándole el especial de las Uvas el pasado año, junto a Ane Ibarzabal y África Baeta. Un 31 de diciembre, también en Vitoria, en el que este joven aventurero de Mallabia pudo demostrar en poco más de 20 minutos que tiene mucho de esa palabra tan valorada en televisión: la telegenia.

Perfil digital

Un Instagram de Mallabia al mundo... Parafraseando al eslogan que exprime Ana Mena en cada tema, con Txurru podríamos afirmar eso de Mallabia... ¡al mundo! Porque viajar, sin duda, es la gran pasión de este presentador vasco. También la música y el surf, aunque ahora ha rebajado su faceta como Dj a esos enclaves o fiestas que más le interesan. “Estoy a tope de trabajo, y no se puede llegar a todo”, reconoce. Basta con visualizar su perfil en Instagram para cerciorarse de dicha vida ajetreada. Más de 13.700 followers siguen de cerca sus aventuras. Tanto televisivas como en cualquier otro rincón del mundo.