A la zona de Zumarraga situada junto a la estación del ferrocarril se le conoce como el barrio del dólar. Ello se debe a que en su día Zumarraga tuvo tres estaciones y estas trajeron mucha riqueza a dicha zona. Pero en los años 70 se cerró la línea del ferrocarril de los Vascongados y en los años 80 el tren del Urola dejó de prestar servicio, la discoteca Golden dejó de ser punto de encuentro de la juventud... El barrio languidecía un poco, pero de la mano de los comerciantes de la plaza, está recuperando su esplendor.

Esta plaza es una de las zonas de Zumarraga y Urretxu que concentra mayor número de comercios, pero la mayoría de las actividades se organizan en otros puntos de los dos pueblos. "Queremos dar visibilidad a esta zona. Casi todas las actividades se organizan en la plaza Areizaga-Kalebarren y alrededores, pero en esta zona hay muchos comercios y tocamos casi todos los palos: moda, complementos, joyería, librería, deportes, carnicería, peluquería, hostelería... Además, hay un gran paso de gente, en buena medida por la presencia de la estación".

Los comerciantes decidieron aprovechar estos factores que juegan a su favor y se pusieron manos a la obra. En vez de organizar sorteos o hacer regalos, pensaron organizar cuatro campañas al año: en navidades, marzo, fiestas del barrio y octubre. En octubre hicieron una campaña a favor de las mujeres con cáncer de mama y en marzo harán un guiño a las mujeres, con motivo del 8 de marzo. Además, adelantan que la primavera llegará con fuerza a esta zona de Zumarraga. "En estas campañas, decoramos los escaparates y la plaza. Además, entre campaña y campaña, estamos poniendo en marcha otras iniciativas. Recientemente, por ejemplo, hemos puesto frases positivas en los escaparates. No tenemos un calendario cerrado y a veces improvisamos. Lo importante es innovar y sorprender. No hace falta gastar mucho dinero para ello, sino tener imaginación".

Consideran que el trabajo está dando sus frutos. "Anda más gente en las tiendas y han subido las ventas. Estamos notando la presencia de vecinos de otras zonas de Urretxu y Zumarraga. Los vecinos del barrio nos felicitan, nos dan las gracias por la vida que le estamos dando a la zona y nos preguntan por la siguiente iniciativa". Todo esto está sirviendo también para que los comerciantes se conozcan y se ayuden los unos a los otros.

Las obras que los dos ayuntamientos han llevado a cabo en la zona estos últimos años también han ayudado a que el barrio de las estaciones recupere parte de su antiguo esplendor.

Cabe recordar que antes de la llegada del tren, Zumarraga era un pueblo de una única calle: iba de Eitzaga hasta Kalebarren. A mediados del siglo XIX llegó el ferrocarril del Norte: la estación se construyó en las afueras del municipio y el pueblo se expandió hasta allí. Al poco de llegar el tren se construyó el ensanche, para unir el casco con la estación. Este ensanche lo forman las calles Soraluze, Legazpi, y Secundino Esnaola y la plaza Euskadi. Como el pueblo se desarrolló a este lado de la vía, en el otro lado se instalaron las empresas. La primera fue la de Justo Artiz. Fabricaba tambores, peines, muebles realizados con junco... En los años 30 del siglo pasado, el empresario Esteban Orbegozo envió una carta al Ayuntamiento, proponiendo un trato: si le dejaban a buen precio un terreno cercano a las estaciones, trasladaría su empresa de Zarautz a Zumarraga.

Urretxu también se expandió hacia las estaciones y en este pueblo también surgieron empresas cerca del ferrocarril: Sarralde, Irimo, Madaya... Las estaciones no solo facilitaron la industrialización. También se abrieron almacenes de frutas, pues se podía recibir el género en la puerta de casa.

Hoteles Había un gran movimiento de pasajeros y transbordos, por lo que algunos se veían obligados a pernoctar en Urretxu y Zumarraga. Así, se abrieron pensiones y dos hoteles: el Urola y el Paraíso. En estos hoteles se alojaban también los trabajadores que venían a las empresas de los dos pueblos, antes de conseguir una vivienda. Además, las cajas de ahorros y los bancos se instalaron allí y en este barrio estuvieron ubicados también dos negocios muy populares: el bar Isabel y la discoteca Golden. Hasta la orden de los Padres Pasionistas eligió este barrio para abrir un convento.

Se cerraron dos líneas de ferrocarril, las empresas, los hoteles, el bar Isabel y el Golden; pero quedan una estación intermodal y unos comerciantes que no van a dejar de luchar por su barrio.