Según la Biblia, Matusalén vivió 969 años. Los cuatro protagonistas de este reportaje no tienen tantos años, pero habría que verle a Matusalén jugar a pelota con su edad... Que una cosa es engendrar hijos con casi 800 años (siempre según la Biblia) y otra salir a la cancha con 60 años (Zufiaurre todavía tiene 55). De lo primero no hay pruebas, mientras que lo segundo lo hemos visto con nuestros ojos.

La afición a la pelota de José Ignacio Urrestarazu Kalili, Félix Alemán Bol, Jon Zufiaurre y Jon An-tzizar Humphrey es tal, que participan todos los años en el torneo popular de pelota de Zumarraga. Y siguen dando mucha guerra.

Urrestarazu trabaja en la empresa Egumendi, Alemán tiene una empresa que fabrica ventanas de aluminio, Zufiaurre trabaja en la empresa de suministro industrial Iri-Be y Antzizar fue bombero.

A los cuatro les gusta la pelota desde niños. Recuerdan que en aquella época casi todos los chavales jugaban a pelota. Urrestarazu llegó a disputar el torneo Interpueblos con Urretxu. "Jugué unas tres veces, con Aitor Txintxurreta. Yo era zaguero. Me limitaba a llevar todas a buena, como Maiz. Txintxurreta era muy buen delantero", recuerda.

Sus tres amigos llevan también toda la vida jugando a pelota. Antzizar nació en Segura, otro pueblo con gran tradición pelotazale. "En cuanto salía del colegio, iba al frontón. Vine a Zumarraga con diez años y recuerdo que con trece jugué un torneo que se organizaba en el colegio La Salle. Con catorce años empecé a trabajar en un taller y no volví a jugar a pelota hasta que entré en el cuerpo de bomberos, con 38 años". recuerda.

TRES PARTIDOS SEGUIDOS Durante muchos años, los protagonistas de este reportaje frecuentaron el frontón de Gabiria semanalmente. Sus hijos (entonces niños) jugaban en el rebote, mientras ellos sudaban la gota gorda en los cuadros delanteros. Después, disfrutaban de un buen almuerzo. Ahora juegan todos los domingos en Gabiria, Alegi, Agiña... Siguen jugando dos partidos a 22, a cara de perro. Si cada pareja gana uno, juegan un tercero. "Por la tarde, echamos una siesta monumental. Pero disfrutamos mucho y el cuerpo agradece el ejercicio".

Todos no son de la misma cuadrilla, pero les une el vivir en el mismo pueblo y su amor a la pelota. Alemán y Antzizar juegan de delanteros, mientras que Urrestarazu y Zufiaurre lo hacen de zagueros.

Casi siempre han jugado con pelota blanda. "Alguna vez nos calentamos y sacamos una pelota dura, pero enseguida nos arrepentimos y la devolvemos a la cesta. Además, siempre hemos jugado sin tacos. Nos hemos dado cuenta de que la mayoría de los chavales que juegan en el torneo de Zumarraga utilizan tacos".

Este torneo ha alcanzado este año su séptima edición. Antzizar y Zufiaurre han participado todos los años. Alemán y Urrestarazu han fallado en dos ediciones, debido a una operación de cadera del segundo. Ni eso le ha apartado de la pelota. Hace cinco años, antes de la operación, llegaron a semifinales. Una foto colgada en la pared del garito de Alemán, donde suelen reunirse de vez en cuando para hacer cuchipandas, da fe de ello.

Disfrutan como enanos en el frontón. "Nos solemos jugar un euro o una cena", comentan. Coinciden en que la pelota es el mejor deporte que hay en el mundo. "Las sensaciones son muy intensas, para lo bueno y para lo malo. Cuando gozas una pelota, es un maravilla. Cuando le das mal, en cambio, sientes mucha rabia", explica Antzizar.

BUEN AMBIENTE En la cancha pelean a cara de perro, pero fuera de la misma son grandes amigos. "Después de cada partido, vamos a almorzar". Durante el campeonato de Zumarraga, los sábados juegan el partido del torneo y los domingos vuelven al frontón para jugar entre ellos. Las buenas costumbres no hay que perderlas. Además, si Matusalén fue capaz de engendrar hijos con setecientos y pico años, no van a empezar ellos a quejarse de agujetas y dolor de manos con muchos menos...

Los organizadores del torneo de Zumarraga están encantados con ellos. "Todos los años nos animan a inscribirnos". Además de demostrar que se puede seguir jugando a pelota más allá de los 40, ponen buen ambiente. Son un ejemplo parar los jóvenes. "Preparamos la cena que se suele celebrar después del campeonato en la sociedad Etxe-Azpi de Urretxu. A los jóvenes les gusta ver que se puede seguir jugando a pelota con más de 60 años. Les da fuerzas para seguir jugando".

Pero que nadie se crea que son las mascotas del torneo: todos los años ganan varios partidos a parejas mucho más jóvenes. "El año que llegamos a semifinales, en cuartos de final nos limitamos a llevar las pelotas a buena. No ganamos nosotros, perdieron ellos". La experiencia es un grado y los veteranos consiguieron poner nerviosos a los jóvenes. "Después, cada vez que nos encontrábamos en la calle, nos tenían que aguantar... Hemos hecho muchos amigos en este torneo. Hay muy buen ambiente. Es un campeonato muy bonito".