La semana pasada finalizó el raid Dakar. El piloto que más veces ha ganado esta mítica prueba es el francés Stéphane Peterhansel: seis veces en la categoría de motos y siete veces en la de automóviles. Le llaman Monsieur Dakar. En Gipuzkoa son muy pocos los que se dedican a esta especialidad del motor. Entre ellos están el ormaiztegiarra afincado en Zumarraga Mikel Urkiola, su copiloto el zumarragarra Samuel Benítez y los mecánicos Joxemari y Javier Urkiola, hermanos del piloto. Compiten con un Nissan, pero los Urkiola son propietarios también del Mitsubishi que Peterhansel utilizó en el Dakar de 2006.

A estos hermanos siempre les ha gustado el mundo del motor. "Íbamos a ver la Baja Aragón, la Baja Montesblancos... En 2002 Samuel y yo comenzamos a competir... y hasta hoy. La prueba más cercana se organiza en Zaragoza. El resto se hacen en Almería, Badajoz, Jaén, Portugal... Son 6-7 pruebas al año. La de Cuenca la han sustituido por la de Huesca y nos han hecho un favor. Son pruebas de más de 400 kilómetros que se hacen sobre tierra y en Gipuzkoa no tenemos terreno adecuado. Solo se pueden hacer de Navarra para abajo. Es uno de los motivos por los que somos pocos los guipuzcoanos que nos dedicamos a esto. Solo conocemos a un matrimonio de Zarautz. Durante muchos años hemos estado solos".

Urkiola y Benítez empezaron con un Mitsubishi. El año pasado cambiaron de marca. Ahora compiten con un Nissan. "Empezamos con Mitsubishi y, como no nos daba problemas y la marca nos ofrecía un poco de ayuda, decidimos seguir con ellos. Pero Mitsubishi se estaba quedando atrás, dejó de sacar modelos nuevos en 2009, y decidimos pasar a Nissan. Tenemos un Nissan Overdrive. Se fábrico en Sudáfrica. Pasó por las manos de tres pilotos portugueses antes de llegar aquí. Es un coche un poco especial y nos costó ponerlo a nuestro gusto, pero estamos a gusto con él. Todos los problemas los hemos podido solucionar nosotros mismos. Hemos dado guerra en el campeonato de España", explica Joxemari.

En 2005 ganaron el Trofeo Ibérico, en la categoría de coches de serie de gasolina. En 2019 las tres primeras pruebas fueron en Almería, Jaén y Badajoz. No tomaron parte en las dos primeras y en la de Badajoz ganaron la primera etapa. "En la carrera de Huesca, la última, quedamos cuartos en la general", añade Mikel. La temporada 2020 comenzará en marzo y finalizará en octubre. Todavía no han decidido en qué pruebas participarán. Para dar un buen nivel en los raid no basta con tener buena mano al volante. La tensión es máxima y el cuerpo también sufre mucho. "Los momentos de mayor tensión se viven cuando se pincha, pues hay que cambiar la rueda lo antes posible para que no te adelante nadie. Si te adelantan, tienes que ir casi a ciegas, debido al polvo que levanta el de adelante. Si sales de la pista para ver mejor y adelantar, puedes tener un accidente. Llevamos un aparato para avisar al que nos precede de que le queremos adelantar y estamos obligados a dejar adelantar, pero algunos se hacen los remolones. Dicen que el aparato no ha sonado. Por otro lado, el cuerpo sufre mucho. Desde que los chicos de la empresa Salto de Urretxu diseñan nuestros entrenamientos, hemos notado una gran mejoría", reconoce Mikel.

El trabajo del copiloto es muy importante, pues avisa de los peligros. "La víspera nos dan un libro de ruta y marco de verde los tramos en los que ir a tope, de amarillo aquellos en los que hay que ir con cuidado y de rojo los peligrosos", explica Benítez. "El trabajo de Samuel es muy importante. Llevamos juntos desde 2002 y somos casi un matrimonio", bromea Mikel.

El Dakar

Además de competir, siguen otras pruebas. Sobre todo el Dakar. "Alguna vez hemos pensado en participar, pero el presupuesto se dispara y tienes el peligro de quedar fuera de combate por cualquier tontería. Este año unos de Madrid han tenido que abandonar en la primera etapa. Y cuando te inscribes pagas por los traslados, la gasolina y la comida de toda la prueba. Participar en el Dakar cuesta más de 100.000 euros".

Todavía no han conseguido tomar parte en el Dakar, pero pueden presumir de tener un coche que acabó la prueba. Pilotado por Peterhansel, nada más y nada menos. Aquel año el francés iba líder, pero chocó contra un árbol y finalmente se clasificó en cuarto lugar. "A estas alturas tenemos ya muchos conocidos y hace unos diez años nos surgió la oportunidad de hacernos con este coche, a través de Nani Roma y Lucas Cruz. También tenemos una KTM con la que Jordi Viladoms hizo el Dakar. Estos coches y motos no se suelen vender. Suelen acabar en el museo de la marca o en casa del piloto".

Están orgullosos de sus dos joyas, que de vez en cuando sacan a pasear. "En Navidades, fuimos a Arantzazu con el Mitsubishi. Todo el mundo se quedaba mirando y saludaba. En cierta ocasión, una patrulla de la Ertzain-tza nos siguió hasta el garaje para pedirnos los papeles. Suele ser bonito enseñar el coche a los que les gusta este mundo".

Los Urkiola y Benítez son todo simpatía. En las carreras les reciben con los brazos abiertos, por el buen ambiente que generan. Son amigos de todo el mundo. Conocen hasta al jeque catarí Al-Attiyah, ganador en tres ocasiones del Dakar. "Es muy majo y campechano. Peterhansel y Carlos Sainz también son muy majos", dicen. Va a ser que sabéis ganaros a todo el mundo...