- El calendario marcaba el mes de noviembre de 1926 cuando, finalizada su jornada laboral en Tolosa, Jazinta Odriozola regresó al caserío Korosagasti de Beizama. La imagen que se encontró al llegar al domicilio familiar resultó dantesca: su madre (Bibiana) y su hermana María habían sido brutalmente asesinadas.

El juez Marroquín asumió la misión de intentar esclarecer la autoría de aquel terrible suceso. Para ello, inicialmente puso el foco en los hombres que colaboraban con las tareas del caserío Korosagasti, a los que mandó apresar en la cárcel de Azpeitia; al igual que a otras numerosas personas del entorno (entre ellas, las residentes en el caserío Lizardi de Itsasondo o la propia Jazinta Odriozola).

Aun así, tras un proceso que duró varios meses nunca se consiguió saber quién o quiénes fueron los autores del que pasó a conocerse como el Crimen de Beizama; uno de los episodios más famosos de la crónica negra de Euskadi que, si bien tuvo una importante repercusión en la prensa de la época, con el silencio de los lugareños y el paso del tiempo acabó cayendo en el olvido.

Hasta ahora que, 94 años después, el director azpeitiarra Asier Sustaeta ha rescatado del ostracismo aquel macabro crimen. Lo ha hecho con el que es su primer largometraje, Kososagasti, una película de 65 minutos en cuyo rodaje han participado (entre actores y figurantes) cerca de 200 personas; muchas de ellas de la comarca. Se estrenará este viernes con una tertulia en la que participará el propio director (a las 21.00) en el teatro Soreasu de Azpeitia, donde también se podrá ver el sábado (22.00), el domingo (19.30) y el lunes (21.00).