DONOSTIA - La última creación de Gorrotxategi posee un significado muy especial. Se trata del turrón Aita Jose Mari, un dulce creado en recuerdo al ilustre confitero Jose Mari Gorrotxategi, que conjuga la suavidad de la trufa blanca con la textura del praliné con un final y posgusto a melocotón.

Jose Mari Gorrotxategi, fallecido en junio del año pasado a los 90 años de edad, fue el fundador del Museo de la Confitería Gorrotxategi en 1981 y escribió la Historia de la confitería y repostería vasca en 1987. Su hijo Iñaki Gorrotxategi, también confitero turronero desde 1981, explica que lo hizo por mandato de Joxe Migel Barandiaran, ya que se interesaba por todo el trabajo de etnografía que realizaba. Jose Migel le dijo un día: "Jose Mari, a ti te gusta la historia de Euskadi y eres amante de la confitería, lo que tienes que hacer es escribir de lo que sabes". Gracias a ese consejo, Gorrotxategi cuenta actualmente con el único museo temático de la historia de la confitería vasca. Su hijo declara que se siente con el deber de potenciarlo, "porque es una joya y patrimonio de todos los vascos".

Asimismo, Jose Mari Gorrotxategi fue creador de turrones y se escapó de los clásicos como el duro, blando o mazapán, creando una línea de trufados, jugosos y sabrosos. Por eso mismo, Iñaki cree que "la mejor manera de hacer un homenaje es creando un turrón que lleve su nombre. Aita Jose Mari es el reflejo del sabor que le faltaba a mi padre para disfrute gastronómico". Cuenta además que "cuando el aita estaba ya mayor, le comenté un día que cuando no estuviese entre nosotros crearía un turrón con su nombre". En respuesta, él le guiñó un ojo y le levantó el pulgar.

En Gorrotxategi se muestran encantados con la respuesta del público, y es que la gente no hace otra cosa que demandar este turrón. "Yo creo que desde arriba lo está disfrutando", afirma.