a pastelería Hermanos de Paula abrió sus puertas un 19 de marzo de 1951. La tienda se ubica en el centro de Errenteria, en la calle Viteri. María del Valle de Paula, actual dueña del negocio, siempre preguntaba a sus padres, fundadores de la tienda juntos a sus tíos, acerca de quién había sido el primer cliente, y ellos le solían decir: "El cura que vino a bendecir la pastelería se llevó dos docenas de pasteles". Con esa anécdota se iniciaban 70 años de trayectoria cara al público vendiendo productos artesanales. Al jubilarse sus padres, ella se hizo con el negocio.

Sin prácticamente maquinaria, los productos se hacen a mano: "Nosotros elaboramos nuestras cremas, nuestras mantequillas, todas las pastas, las tartas, parte de la bombonería... Prácticamente todo, desde el comienzo". Al hacer los productos desde cero, lo que más compran son materias primas. "Aquí entran harina, azúcar, huevos, la mantequilla en bruto, la harina de almendra, chocolate, etc.".

Una de las cosas por las que es más reconocida esta pastelería es por el mimo que les ponen a sus escaparates. Para Estíbaliz Llano, quien trabaja codo con codo con María del Valle de Paula, el escaparatismo es una parte fundamental del negocio y las fechas señaladas son la excusa perfecta para decorar en base a una temática. Las fechas señaladas en el calendario como la Navidad o la Semana Santa son utilizadas para este fin, pero también las modas y momentos especiales: "Utilizamos películas o algún otro tema para animar un poco el pueblo y que la gente se acerque al escaparate, que vea parte de lo que hacemos", comenta Estíbaliz. Además de constituir un reclamo para abrir el apetito de los transeúntes, también sirve para animar a la gente a participar: "De vez en cuando invitamos a nuestros clientes a que se disfracen y se saquen fotos con algunos de nuestros productos".

En cuanto a los días grandes, son importantes para la pastelería, porque muchos están asociados a productos típicos. Estíbaliz enumera alguno de ellos: "Las tortas de San Blas, en Todos los Santos los huesitos de santo, los buñuelos y, sobre todo, las navidades, con sus turrones, polvorones, mazapanes... Y, como colofón, el rosco de Reyes".

Además de la tarta Gambeta y las pastas artesanales, la bombonería es otra de las especialidades de esta pastelería. Un producto muy codiciado, quizá también por su estacionalidad: "En verano, por la temperatura, es prácticamente imposible trabajar con el chocolate, por lo que sobre todo se trabaja de cara al invierno", aclaran.

Llano se encarga también de las redes sociales de la tienda, sobre todo Instagram y Facebook. "Las utilizamos para enseñar los escaparates; la gente siempre está esperando que cambiemos el escaparate para verlo o para ver qué productos nuevos hemos traído".

Por otra parte, reconocen que su comercio no se libró de sufrir las consecuencias de la pandemia. Y es que durante meses solo abrieron media jornada. Por suerte, la reacción de los vecinos fue muy buena: "La verdad que nos han sido fieles. Se ha notado también que la gente salía menos a comer fuera y se llevaba los pasteles a casa. La situación era más íntima: en vez de vender tartas o raciones tan grandes, se vendían cosas más pequeñas", reconoce Estíbaliz.

El escaparatismo es una parte fundamental del negocio y las fechas señaladas son las excusa perfecta para decorar