- La pandemia ha dejado una profunda huella en la economía donostiarra, que vivió un 2020 "con sombras y luces".

La concejala de Impulso Económico, Marisol Garmendia, dio cuenta ayer de los datos del Barómetro de Economía Urbana de Donostia, que muestran que el PIB de la ciudad cayó un 6,8% el pasado año y el número de establecimientos descendió en un 2,1%.

Donostia, que cuenta con 2.500 comercios (siendo el grupo más potente el de la alimentación, seguido del de moda y complementos) perdió 122 establecimientos respecto a 2019.

Por barrios ha sido el Centro el que más comercios ha perdido, 48; seguido de Amara, con 22 y de Gros, El Antiguo y Bidebieta, con once todos ellos.

En consecuencia, también el empleo bajó, en concreto un 3,9% respecto al año anterior, con lo que el comercio emplea en la actualidad a 9.407 personas.

La incidencia de la pandemia en la hostelería también ha resultado más que notable aunque, subrayó Garmendia, la pérdida de establecimientos no ha sido tan fuerte, con cuatro menos que en 2019.

Pese a a todo, lamentó la edil de Impulso Económico, "esta es la primera vez en los últimos cinco años en los que se pierde negocios en este sector".

El de los hoteles es otro de los sectores más damnificados, ya que la pandemia ha impedido o limitado en gran manera la llegada de viajeros a la ciudad.

Tanto es así que se ha cuantificado un desplome de llegadas del 57,2% y de pernoctaciones, un 61%.

La actividad hotelera, abundó Garmendia, "se ha retraído hasta las cifras obtenidas hace 20 años".

Las bajadas son importantes en todo tipo de establecimientos, 155 en la ciudad actualmente, siendo más evidente en pensiones y hoteles de una o dos estrellas (35,5%), que en los hoteles de tres o más estrellas, 30,1%.

El PIB de la ciudad cayó un 6,8% respecto al año anterior, con un descenso de establecimientos productivos (en especial del sector servicios) del 2,1%.

En consecuencia, el paro también aumentó hasta las 8.930 personas, 1.532 más que en 2019.

"El desempleo vuelve a la ciudad a los datos de 2017, aunque esperamos que a lo largo de 2022 se produzca la recuperación económica y con ello las tasas de desempleo retomen a la situación prepandémica", reflexionó Garmendia.

Pese al aumento en la tasa de paro, que llegó al 9%, esta sigue siendo inferior a la de Bilbao, 13,4% y la de Vitoria-Gasteiz, 10,8% .

El aumento del desempleo se explica por el importante peso que en la economía tiene el sector servicios, el 92%, siendo el que en mayor medida ha sufrido los efectos de la pandemia.

La realidad en los barrios no es homogénea. Intxaurrondo con un 12,7%; Miracruz-Bidebieta, con el 12,4% y Altza, con idéntico porcentaje, son los que más desempleados han registrado. En el polo opuesto se sitúan Miramon-Zorroaga, con el 3%; Igeldo, 5,1%; y Aiete, con un 7,3%.

El paro entre las mujeres fue superior al de los hombres, un 53,9% frente a un 46,1%. Pero si hay un dato que preocupa es que el paro, en conjunto, ha aumentado fundamentalmente entre los sectores más jóvenes.

La cifra del paro empeoró en todos los barrios de la ciudad, pero es la zona Este la que sufrió este incremento en mayor medida, llegando en algunos casos a ser del 13%.

Entre los datos del Barómetro, documento que puede ser consultado en la web de la Sociedad de Fomento, se halla el de la población, que en Donostia se mantiene más o menos sin cambios. En 2020 estaban registradas 188.102 personas, 89 menos que el año anterior.

En Donostia, una ciudad "avejentada en la que los mayores de 65 años son el doble que los menores de quince años, viven más mujeres que hombres: 99.232 frente a 88.870.

La población extranjera alcanzó el 8,5% del total, con 16.009 personas. Por países de origen, Honduras y Nicaragua son los que más nuevos donostiarras han aportado, mientras que desciende el número de ciudadanos procedentes de China y Rumanía.

Amara Berri, Centro y Altza son los barrios con mayor presencia de población extranjera, mientras que Aiete y Zubieta son los que menos tienen.

Incluidas las ocasionadas por la pandemia, las defunciones en 2020 duplicaron a los nacimientos en una ciudad en la que la renta familiar es un 17% superior a la media de Euskadi, llegando a los 42.408 euros anuales, aunque con grandes diferencias entre los distintos barrios. Pese a todo, la demanda de servicios sociales y el número de perceptores de RGI subió el pasado año.

Loiola fue el barrio que más aumentó su población, de la mano del nuevo Txomin Enea. Por contra, Altza, Gros y El Antiguo fueron los barrios que más habitantes perdieron.