- “Por no ir a un sitio desconocido, estuvimos sin agua caliente ni calefacción en diciembre y en enero en las cabinas de La Concha. Me podría haber ido al centro Hegalak, pero no me salió hacer eso. Nos hemos acostumbrado a las cabinas y ya son como nuestra casa”. La que habla es Kontxi Odriozola, donostiarra jubilada que se baña todos los días en la playa de La Concha junto a un gran grupo de amigos.

Según explican a este periódico los integrantes de ese grupo de bañistas, aquel fue solo el primer percance que les ha pasado este año en las cabinas. “¡El coronavirus no sé, pero una gran neumonía sí que nos vamos a pillar!, decíamos entre nosotros. Kontxi incluso venía con un bote de lejía lleno con agua caliente de casa”, explica Arantxa Etxebeste, otra bañista.

En total, un grupo de alrededor de 70 personas se bañan a diario en la playa. Después de comenzar el año con agua fría en las cabinas que usan para cambiarse, el día 1 de junio recibieron una “inesperada y desagradable sorpresa” por parte del Ayuntamiento de Donostia.

“La mayoría disponemos de la kirol-txartela, prácticamente desde que se instauró cuando todavía no éramos jubilados, y pagamos el bono de la Kirol-txartela para todo el año. Además de eso, en verano tenemos que sacar los bonos de verano (ya que se inutiliza la Kirol-txartela para estos cuatro meses) y el 1 de junio nos dijeron que este año no van a sacar a la venta bonos”, explica Arantxa Exebeste.

Ahora tienen que pagar 1,50 euros cada día, es decir, son 45 euros al mes porque no fallan un día en la playa. Los cuatro meses, de junio a septiembre, les sale a 180 euros. Y a eso hay que sumarle la cuota abonada de la Kirol-txartela. “De octubre a mayo no usamos ningún bono porque nos sirve la Kirol-txartela. Solo pedimos que a los que vamos a La Concha a bañarnos todos los días nos sirva la Kirol-txartela durante todo el año porque para nosotros es nuestro polideportivo. Siempre dicen que hay que hacer cosas para cuidar a la gente mayor, y para muchos de nosotros nuestra forma de hacer deporte es venir a la playa y bañarnos”, indican.

Al ver esta situación, muchas personas de ese grupo de bañistas se han ido al centro deportivo Hegalak y a los clubes Fortuna y Atlético porque consideran que las condiciones son mucho mejores. “Las cabinas son públicas y siempre hemos considerado, y algún día pensamos conseguirlo, que las instalaciones de las playas deberían considerarse instalaciones deportivas al aire libre. En nuestro caso, es nuestro polideportivo, no usamos para nada ninguna otra instalación deportiva”, subraya Etxebeste.

Explican que se sienten “discriminados” y piden al responsable de Playas del Ayuntamiento una explicación y una salida para solucionar este problema.