- La pandemia va dejando tras de sí huellas de muy distinto tipo. Una de ellas tiene que ver con el tráfico, que en el seno de las ciudades ha sufrido fluctuaciones más que notables a lo largo de un año.

Durante el confinamiento más estricto las calles mostraron un aspecto desolador, que ha ido cambiando y adaptándose a las circunstancias y a las medidas que se han aprobado en las distintas etapas.

Hay un hecho que ha marcado directamente la evolución del tráfico en Donostia, la ausencia de turistas y, en muchas ocasiones, la restricciones en materia de movilidad que han afectado al conjunto del territorio y de la CAV.

Las consecuencias de ese descenso del tráfico se han dejado notar de muy distinto modo. Los y las donostiarras pueden pasear por una ciudad más tranquila y menos contaminada y los agentes de tráfico y vigilantes de la OTA tienen menos tarea a la hora de poner multas.

Los aparcamientos también han notado los efectos de la menor llegada de vehículos a la ciudad, aunque con fluctuaciones vinculadas a las mayores o menores limitaciones en materia de movilidad.

Realizando una comparativa de los años 2019 y 2020 las cifras que presenta la concejala de Movilidad, Pilar Arana, resultan más que elocuentes. En 2019 los agentes de movilidad interpusieron un total de 35.002 denuncias, cifra que descendió hasta 20.086 en 2020, con una disminución del 42,4%.

El descenso también es evidente en las denuncias interpuestas por los vigilantes de la OTA, que pasaron de las 85.232 de 2019 a las 58.913 de 2020, con una bajada del 31%.

También las infracciones detectadas por los distintos radares instalados en la ciudad cayeron de un año para otro. Mientras los dispositivos de José Elosegi, Zorroaga, Federico García, Lorca y el radar móvil multaron a 7.766 infractores en 2019, un año después la cifra alcanzada fue de 4.307, con un descenso del 44,55%.

Y es que no hace falta más que mirar las entradas de vehículos a la ciudad para entender la disminución de las sanciones.

En 2019 los medidores instalados en el paseo del Árbol de Gernika, la avenida de Tolosa y la avenida de Ategorrieta registraron la entrada de 12.917.375 vehículos de distinto tipo. En ninguno de los meses del año se midieron menos de 1.000.000 de entradas, con excepción del mes de febrero cuando se registraron 996.000 entradas de vehículos. Mayo fue el mes con más entradas, con 1.153.006, seguido por octubre, con 1.125.486 y julio, con 1.16.501.

Un año después, la suma de vehículos registrados en los tres puntos de control fue de 10.419.588, con un descenso de casi 2,5 millones de entradas, 19,34% menos.

Durante el confinamiento más duro, en el mes de abril, se contabilizaron 272.231 entradas, frente a las 1.032.106 del mismo mes el año anterior.

Las diferencias son notables también en el resto de meses del año, aunque en los de verano lo fueron mucho menos, coincidiendo con la época en la que menos restricciones se aplicaron. En julio, agosto y septiembre las llegadas fueron más de un millón por mes, cifra que vuelve a descender de forma notable en noviembre, con 735.214 pasos frente a los 1.028.807 del año anterior.

"Ahora que hemos visto que la ciudad es más tranquila con menos coches, lo tendríamos que tener en cuenta pero ya en un escenario diferente, con una economía recuperada", señaló la edil de Movilidad.

Arana no quiso entrar a valorar que la disminución de ingresos para las arcas municipales supone un descenso en el número de sanciones. "No es lo importante, cuando los agentes salen a la calle el objetivo es que el tráfico fluya, que las cosas se hagan bien y no tanto la consecución de ingresos, aunque se habrá notado".

En este baile de cifras hay otras que permiten enriquecer la fotografía de un año anómalo en todos los sentidos y es la de la ocupación de los aparcamientos de la ciudad.

Como es lógico, las diferencias más notables, casi abismales, se dan si se comparan los meses de abril de 2019 y 2020. En el parking del Boulevard en abril de 2019 se vendieron 6.033.072 minutos en régimen de rotación,y se registró un 37% de ocupación, frente a los 267.319 de un año después, con un 2% de ocupación y un a ciudad cerrada por la pandemia. El resto de los meses el descenso fue también claro, con una menor diferencia de nuevo en verano y en el mes de enero, cuando todavía el covid no había condicionado el normal discurrir de nuestras vidas.

Si se atiende al conjunto del año, el parking del Boulevard alcanzó un 37,68% de ocupación en 2019 y un 21,1%, en 2020. En Okendo el descenso fue casi del 50%, ya que en 2019 se alcanzó una media del 22,06% de ocupación, mientras que el siguiente año fue del 10,6%, con un mes de abril en el que se alcanzó un 1% de ocupación y un 3% en mayo.

En el parking de Cervantes la realidad fue similar, bajando de una ocupación de 23,88% en 2019 al 11,90% en 2020. Este aparcamiento no tuvo plazas en rotación en abril del pasado año y en mayo la ocupación fue del 2%.

También en Easo, Buen Pastor, Plaza de Cataluña y Pío XII los descensos fueron muy importantes, con porcentajes similares a los anteriores aparcamientos. "Poco a poco comienzan a recuperarse, pero les falta todavía", constató la edil del PNV.

"Lo que más evidente ha resultado durante todo este tiempo ha sido la disminución de la llegada de vehículos de fuera de la ciudad. A las pruebas me remito. Cuando las restricciones han bajado o se ha levantado el cierre perimetral, en Donostia el aumento del tráfico ha sido patente", aseguró Arana.

La concejala de Movilidad y Transportes calificó de "dramática" la bajada del número de usuarios en Dbus, que en 2020 contabilizó 18 millones de viajes, un descenso del 39,77% respecto al año anterior, cuando se alcanzó el récord de 29,5 millones de viajes.

Aunque de forma paulatina se está dando una recuperación del número de viajeros dicha recuperación, según Arana, se da con mayor lentitud que la deseada.

Reconoce que puede existir cierto "miedo" a utilizar el transporte público, aunque garantiza que es totalmente seguro. "Hemos hecho todo lo posible por evitar que los viajeros sientan ese miedo y por ello hemos elaborado un estudio muy riguroso, con unas mediciones muy exigentes, que ha evidenciado que el aire de los autobuses es limpio, ya que se renueva cada trece segundos, cinco veces por minuto". "El aire en los autobuses se renueva más que en una casa", abundó Arana.

Hay algunos factores, dentro de la dinámica de la pandemia, que han incidido en el descenso de pasajeros de Dbus. Lo recuerda la concejala de Transportes. "Hay días que son espectaculares para el transporte público, como la Tamborrada, Santo Tomás y otros eventos festivos. Hasta que estos se retomen, cuando la situación mejore, las cifras no tendrán la recuperación deseada".

¿Y cómo se prepara la ciudad ante un verano caracterizado por la incertidumbre? "Es la pregunta del millón", reconoció Pilar Arana.

"Tenemos preparado lo que teníamos preparado en años anteriores, todo el sistema futuro de cierre del tráfico, vinculado al Topo, todavía no está. Vamos a utilizar los medios que teníamos hasta ahora", añadió la edil de Tráfico. "No sabemos qué pasará este verano. Es la pescadilla que se muerde la cola. Comprometer recursos económicos para luego no tener la afluencia esperada es complicado", apostilló.

De momento, recordó, Movilidad "sigue trabajando con Turismo en la lanzadera para verano". "Vamos a poner en marcha estas medidas y esperamos que el verano, aunque discurra con limitaciones, las justifique", concluyó Arana, que manifestó que todavía no resulta posible hablar del número de agentes con los que contará la ciudad en temporada estival.

"Otros años ya sabíamos cuántos había que contratar para verano, ahora mismo entendemos que contratar personal eventual es arriesgado", explicó la responsable de Movilidad, que reconoció que el panorama no es sencillo dado que los procesos administrativos para la contratación de personal "llevan su tiempo" y este año habrá que apurar los plazos al máximo.

La ocupación de las plazas de rotación de los aparcamientos descendió de forma evidente, en algunos casos más del 50%

Las infracciones detectadas por el sistema radar en la ciudad bajaron de 7.766 en 2019, a 4.307 en 2020, un 44,5% menos