n 2024 se cumplirá un siglo desde el nacimiento del escultor Eduardo Chillida y el Ayuntamiento tiene en mente convertir esos doce meses en el año del escultor, una propuesta que sugirió el pasado martes el alcalde, Eneko Goia, en el debate anual de política general de Donostia. Sin embargo, el Peine del Viento, la creación más característica de Chillida en Donostia, que ejecutó de la mano del arquitecto Luis Peña Ganchegui, no se encuentra en su mejor momento.

A pesar de que el Ayuntamiento tiene intención de presentar la obra como candidata a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, algunos aspectos de su actual situación se deben solucionar. La ladera de la que empezaron a caer piedras en 2013 sigue medio tapada por un muro "horroroso", como señaló en una ocasión el alcalde, y no está claro si se alisará el suelo, como se dijo, para que todas las personas, también las que transitan en sillas de ruedas, puedan disfrutar del bello emplazamiento.

La decisión sobre ese muro de protección, que podría ser eliminado con la colocación de una red sobre la ladera, está sobre la mesa, al igual que un plan integral más completo para renovar todo el entorno, y forma parte de un debate que debería cerrarse antes de que se pueda presentar la candidatura a la Unesco, a partir de 2023.

No obstante, el camino -nada fácil, según reconocen los responsables municipales- para convertirse en patrimonio de la Humanidad ya ha dado algún paso. El pasado año, el Gobierno Vasco otorgó al Peine del Viento la categoría de conjunto monumental, con lo que el espacio artístico ha quedado protegido, según explica el concejal de Cultura de Donostia, Jon Insausti, que subraya que el Año de Chillida está aún en una fase incipiente. A pesar de ello, el Gobierno municipal cree que la celebración puede servir para reforzar la marca de Donostia como ciudad de la cultura y de la escultura contemporánea de carácter público.

Por el momento, el Ayuntamiento ha hablado con las instituciones vascas para que se unan al Año de Chillida y también con el ministerio de Cultura, cuyo titular visitó la ciudad en el Zinemaldia. Además, la celebración irá de la mano de la familia Chillida así como de la galería Hauser & Wirth, responsable de la gestión del museo al aire libre Chillida Leku, que será parte esencial de la programación. Esta, cómo no, contará con exposiciones y otros actos conmemorativos a lo largo de todo el año. "Queremos trabajar en la idea del patrimonio para unirlo a la ciudad aprovechando la marca cultural de un personaje querido y reconocido tanto en la ciudad como internacionalmente, como es Chillida", dice.

Insausti insiste en la intención del Consistorio de organizar el Año de Chillida aunque matiza que primero toca 2021, que será el año de Cristina Iglesias, ya que se espera que su creación en la casa del faro de la isla se pueda visitar ya en la próxima temporada de verano. "Ella siempre ha dicho que bebía de las fuentes de Chillida y que era un honor situar su obra de la isla entre Chillida y Oteiza", recuerda el concejal de Cultura.

El Peine del Viento fue inaugurado en 1977 y, desde hace un tiempo, los estragos del viento y el mar han hecho mella en el espacio, donde la naturaleza tiene un papel esencial. Por eso el Consistorio sabe que es imprescindible tomar una decisión respecto a la ladera, ya que el producto químico que se le aplicó no dio resultado y los cilindros de aluminio a modo de verja artística que propusieron como alternativa para la protección de los paseantes no contaron con la aceptación de los implicados.

El Ayuntamiento debe encontrar una fórmula para evitar que la caída de piedras ponga en peligro a los viandantes